De acuerdo con información divulgada por la oficina de prensa de la Santa Sede, en horas de la mañana el Sumo Pontífice presidió la denominada Misa del Crisma, en tanto por la tarde se traslado a la referida prisión, donde celebró la misa In Coena Domini, de la Cena del Señor.
Tras proclamar el Santo Evangelio, Francisco improvisó una homilía, en la que se refirió al tradicional lavado de pies de cada año en esta fecha, que según dijo “no es una cosa folclórica” sino “un gesto que expresa cómo debemos ser uno con el otro”.
“En la sociedad vemos cuántas personas se aprovechan de otras, cuántas personas que se ven acorraladas y no pueden salir, cuantas injusticias, cuantas personas sin trabajo, cuantas personas que trabajan y cobran la mitad”.
Vemos también “cuantas personas que no tienen dinero para comprar medicinas, cuantas familias destruidas, tantas cosas malas”, dijo Francisco, quien mostró buen ánimo y disposición a pesar de los problemas de salud sufridos recientemente, por una bronquitis que obligó a su ingreso del 29 de marzo al 1 de abril.
Asistieron a la misa en la capilla de ese penal unos setenta fieles, entre jóvenes presos y trabajadores penitenciarios y luego, en el rito tradicional, el Papa lavó los pies de diez niños y dos niñas, a quienes también les estrechó la mano en señal de buenos deseos para el futuro y les dirigió palabras de aliento.
La directora de la prisión, María Teresa Juliano, expresó a nombre del personal del centro y de los menores allí recluidos el agradecimiento al Obispo de Roma, por visitar nuevamente a ese lugar en Jueves Santo, como hizo en 2013, durante su primer año de Pontificado.
En 2014, el Pontífice decidió celebrar la fecha en la Fundación Don Carlo Gnocchi, para rehabilitación de personas con trastornos mentales y patologías invalidantes graves, y el siguiente año el lugar elegido fue la penitenciaría romana de Rebibbia.
En 2016 se trasladó al Centro de Acogida para Solicitantes de Asilo de Castelnuovo di Porto, en las afueras de Roma, donde compartió con unos 900 inmigrantes de diversas nacionalidades y en 2017 fue a la prisión de Paliano, en la provincia de Frosinone,
Hace cinco años el lugar escogido fue Regina Coeli y en 2019 la cárcel de Velletri, a pocos kilómetros de la capital.
En 2020 y 2021 las restricciones por la pandemia del Covid-19 obligaron a la celebración en la Basílica de San Pedro y en ese último año quien presidió la misa fue el cardenal Giovanni Battista Re.
Finalmente, en 2022, el papa Francisco volvió a visitar en Jueves Santo una prisión, esa vez el Nuevo Complejo Penitenciario de Civitavecchia, donde pasó unas tres horas con los internos, y lavó los pies a doce de los mismos.
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