“Los riesgos, lamentablemente, están aumentando. Todo el mundo lo entiende”, expresó el diplomático en entrevista con el periódico Izvestia.
Grushkó calificó la situación en la región del Báltico como una zona de rivalidad militar e inestable, gracias a la presencia creciente de la OTAN cerca de la frontera con Rusia.
Precisó que la entrada de Finlandia a la Alianza Atlántica extiende la línea de contacto entre Rusia y la OTAN a mil 200 kilómetros: “esto multiplica los riesgos de un choque directo”, advirtió.
Anteriormente, el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, señaló que el aumento de los miembros de la OTAN obliga al Kremlin a tomar contramedidas para garantizar su propia seguridad, tanto táctica como estratégica.
“Rusia seguirá de cerca lo que sucede en Finlandia después de unirse al bloque militar y, en base a eso, tomará las medidas necesarias”, apuntó el vocero.
Concluyó que el ingreso de Finlandia a la OTAN influirá de manera negativa en las relaciones bilaterales, ya que la Alianza Atlántica es una estructura hostil para Rusia.
El 4 de abril, Finlandia se convirtió en el trigésimo primer miembro formal de la Alianza, una vez concluido su proceso de adhesión, con un acto en Bruselas.
Según el artículo cinco de la OTAN, si un miembro es objeto de un ataque será interpretado como una agresión a todas las naciones que integran el bloque.
jha/hoo
