Las costas de este archipiélago solían estar repletas de ese caracol y tal es la identificación de sus habitantes con el peculiar molusco, que existían desfiles en su honor y hasta festivales.
Pero su sobre explotación podría derivar en su extinción en menos de una década y si la pesca de caracoles colapsa, podría dejar sin trabajo a más de nueve mil habitantes, alertan especialistas.
Considerado el principal alimento del archipiélago, las autoridades gubernamentales y agencias ambientalistas resaltan que su declive ha sido drástico.
Cuenta a la prensa especalizada Tereha Davis, una mujer de 49 años, que cuando era niña nunca necesitaban que ir tan lejos para obtener caracoles rosados-
Su familia siempre pescó el caracol reina —otro nombre que se le da a la especie— a lo largo de cinco generaciones en las Bahamas.
Davis y otros recuerdan que cuando alguien podía caminar desde la playa hasta el agua y recoger caracoles rosados. Ahora los que los pescan tienen que adentrarse cada vez más lejos, en ocasiones incluso hasta 48 kilómetros (30 millas) hacia el interior del mar.
Un sondeo de 2011 de los Cayos Exuma, un área pesquera crucial, halló que la densidad de caracoles rosados adultos había disminuido en casi 91 por ciento en la plataforma continental de las islas a lo largo de un periodo de 20 años, según datos de la FAO.
La reducción siguió a años de pesca intensiva: pescadores que recogían aproximadamente 1,7 millones de libras de caracol rosado en la década de 1970 habían intensificado su extracción a más de 14 millones de libras para 2006, señalan los documentos. La pérdida de este caracol se intensificó en varias áreas pesqueras en diversas partes del país a partir de la década de 1990.
Para Andrew Kough, científico del Acuario Shedd de Chicago especializado en esta especie explicó que un desafío que enfrentan estos moluscos es la falta de cumplimiento de las leyes existentes, que restringen la pesca por parte de navíos extranjeros.
Flotillas de pesca industrializada de otras naciones sobreexplotan algunas áreas donde se desarrollan los caracoles reina, señaló. Los pescadores bahameños de caracol rosado culpan a países cercanos como la República Dominicana y Jamaica, que tienen restricciones más estrictas a la pesca de este molusco que las Bahamas.
Otra de las causas es el calentamiento global, que provoca un clima impredecible que ha dañado los hábitats y las áreas de pesca.
Otro problema es la creciente acidificación del océano que se calienta, la cual daña las conchas de los caracoles reina. Y la modificación de las temperaturas del mar ha alterado los patrones migratorios.
Probablemente ello afecte la temporada reproductiva, según un estudio de 2022 publicado en la revista PLOS One.
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