Entre ellos sobresale la decisión del gobierno de Andalucía, que preside el conservador Partido Popular (PP), de regularizar los cultivos en una zona junto al parque natural Doñana, en la provincia de Huelva y con categoría de Patrimonio de la Humanidad.
Andalucía, sur de España, tiene al frente de su administración a Juanma Moreno, peso pesado del PP y con gran simpatía en la región. Cuenta con el respaldo del ultraderechista Vox para el asunto de Doñana, en abierto desafío al Palacio de la Moncloa y a la Comisión Europea.
La gran sequía de los últimos años y particularmente en Andalucía, provocó que de forma ilegal se extrajera agua del parque natural, que reúne a miles de especies de animales y plantas, lagunas, marismas, dunas y bosques en 100 mil hectáreas.
Los intercambios de tonos airados llevaron al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez a decir de forma categórica hace dos días que ‘Doñana no se toca, Doñana es patrimonio de los andaluces, de todos los españoles’.
Moreno respondió a Sánchez argumentado que es un problema de larga data y que los socialistas (color político del mandatario) no hicieron nada en 36 años al frente del ejecutivo andaluz.
En paralelo, hay otros frentes abiertos que plantean una guerra sin cuartel entre socialistas y populares, con otras fuerzas como Podemos, Izquierda Unida en el ala izquierda, y Vox y Ciudadanos en la derecha, en la puja.
La Ley de Vivienda, la no renovación de los órganos judiciales por el bloqueo del PP, la reforma a la legislación denominada del Solo Sí es Sí (sobre delitos sexuales) y el tratamiento a las empresas por el Gobierno, entre otras, concentran una manzana de la discordia que se agiganta con los días.
El 28 de mayo se elegirán los ejecutivos de sus ayuntamientos y de 12 de las 17 regiones del país, un escenario que dejará listo el camino hacia los comicios parlamentarios y del Gobierno nacional a finales de 2023.
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