En el contexto del Día Internacional de Al Quds, el líder de Hizbulah, Hassan Nasrallah, enfatizó que Palestina representa la causa de todos; y en ese sentido, llamó a apoyar con dinero y armas la lucha contra el enemigo israelí.
La máxima figura de la Resistencia islámica libanesa subrayó que Cisjordania es el escudo de Jerusalén, con su paciencia, constancia y firmeza ante los ataques de Tel Aviv.
Nasrallah indicó a la entidad ocupante que Jerusalén representa una línea roja y advirtió sobre los peligros y las repercusiones de intentar aislar y sitiar a la Franja de Gaza y Cisjordania.
Un mural en la frontera de artistas de Líbano, Siria, Egipto, Argelia, Palestina e Irán transmitió un mensaje de solidaridad a todas las personas libres del mundo en apoyo de la causa palestina.
Movilizaciones en los campamentos y en varias ciudades de la nación; así como encuentros políticos reafirmaron el compromiso con la opción de confrontación y lucha hasta lograr la definitiva liberación de la tierra palestina.
En el escenario interno persistió el inmovilismo y la ausencia de diálogo obstaculiza la convocatoria de la duodécima sesión del Parlamento con el fin de elegir al próximo presidente de la República, tras más de cinco meses de vacío de poder.
Una reunión de las comisiones mixtas del legislativo avivó las discrepancias respecto a los comicios municipales y electivos previstos para el mes entrante.
A propósito, el vicepresidente de la institución, Elias Bou Saab, subrayó que existe una posibilidad de no hacer las elecciones de mayo ante la irresponsabilidad del gobierno interino de no asegurar los fondos necesarios.
Sobre este tema, el diputado aseguró que propondrá a título personal una ley para ampliar el mandato de los consejos municipales por un período de cuatro meses.
Líbano recordó el jueves el 48 aniversario del estallido de la guerra civil (1975-1990), una página de sufrimiento y crimen en la historia del país levantino.
En la actualidad, cuando el régimen confesional sectario amenaza la estabilidad del país, los libaneses ahondan en el pasado y abogan por la unidad y el consenso para designar al nuevo jefe de Estado y alejar el fantasma de la guerra.
Devaluación de la moneda nacional, disminución del poder adquisitivo, altos precios de los combustibles y de los artículos de primera necesidad describen la realidad económica de Líbano, con cerca del 80 por ciento de su población hundida en la pobreza.
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