Tal convite fue entregado en una carta a Lula por el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien realizó este lunes una breve visita a Brasilia como parte de su corta gira por la región.
Según el canciller Mauro Vieira, no puede afirmarse si el jefe de Estado brasileño asistirá al evento y en el encuentro de cortesía que tuvo Lula con Lavrov descartaron abordar el conflicto entre Rusia y Ucrania, y sí asuntos relacionados con la paz.
A los periodistas, el jefe de la diplomacia nacional también comentó que no está de acuerdo con la crítica de Estados Unidos a la política exterior brasileña, al referirse a cómo Washington acusó a Brasil de dar voz a la propaganda rusa y china sobre la contienda bélica en Ucrania.
En un reciente viaje oficial a China y los Emiratos Árabes Unidos, Lula señaló que Estados Unidos y Europa estimulan la guerra al ceder armas a Kiev.
Tras la reunión con Lavrov en horas más tempranas, Vieira criticó las sanciones unilaterales contra Moscú y abogó por la intensificación de las negociaciones para la resolución del conflicto, con la participación de países amigos.
«Reforcé la disposición brasileña para contribuir a la solución pacífica del conflicto, recordando las manifestaciones del presidente Lula en el sentido de buscar facilitar la formación de un grupo de países amigos para mediar en las negociaciones entre Rusia y Ucrania», apuntó.
Manifestó que reiteró la posición de Brasil «en favor de un alto el fuego negociado, con respecto a los derechos humanitarios y una solución negociada con vistas a la paz duradera».
También insistió en «la posición brasileña sobre la aplicación de sanciones unilaterales. Tales medidas, además de no contar con la aprobación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, tienen impacto negativo sobre economías en todo el mundo, en especial los países en desarrollo», subrayó.
El viaje de Lavrov, su primero al gigante suramericano desde 2019, estaba programado desde hace semanas y Brasil resulta su escala inicial en un recorrido que lo llevará después a Venezuela, Cuba y Nicaragua.
oda/ocs