En tanto, una caravana de autos diplomáticos estadounidenses fue atacada la víspera según reconoció el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, que llamó a poner fin a las hostilidades entre las partes.
El ejército sudanés culpó del ataque al convoy estadounidense a las denominadas Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF por sus siglas en inglés), creadas a partir de las milicias Janjaweed en la región de Darfur.
Los últimos reportes de Naciones Unidas indican que la cifra de muertos se eleva a más de 185 personas mientras que otras mil 800 han resultado heridas.
Por su parte, el Sindicato de Médicos de Sudán informó este martes que al menos hay 144 civiles muertos y más de mil 400 heridos desde el sábado.
Medios de prensa afirman que el número de víctimas fatales puede ser mucho mayor porque los enfrentamientos armados en esta capital impiden retirar los cuerpos de las zonas de combates.
Observadores en el lugar indican que en los ataques ambas partes utilizan tanques, artillería y otras armas pesadas en zonas densamente pobladas.
También la aviación militar realiza continuos bombardeos.
Hasta el momento, no han sido fructíferos los esfuerzos diplomáticos realizados con los dos generales enfrentados, el jefe de las fuerzas armadas, Abdel-Fattah Burhan, y el líder de las RSF, Mohammed Hamdan Dagalo para que pongan fin a la situación de guerra.
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