Previamente, la portavoz de exteriores, María Zajárova, calificó las declaraciones de los embajadores de esos países sobre el veredicto contra el publicista Vladimir Kará-Murzá (reconocido como agente extranjero) como una injerencia en los asuntos internos de su país.
Zajárova subrayó que Moscú considera inaceptables las declaraciones sobre la sentencia de la embajadora británica en Moscú, Deborah Bronnert, y advirtió a Londres contra la politización de los temas internacionales de derechos humanos.
En este sentido, la portavoz definió como «el colmo del cinismo» las demandas de los representantes de Washington y Ottawa, que instaron a la liberación de Kará-Murzá mientras ignoran las violaciones a los derechos humanos y la persecución de disidentes en sus países.
Este lunes el Tribunal Municipal de Moscú condenó a Vladimir Kará-Murzá a 25 años de prisión por alta traición, difundir información falsa sobre las Fuerzas Armadas de Rusia y dirigir una organización indeseable.
mgt/gfa