El requerimiento, que incluye también al Departamento de Seguridad Nacional (DHS), fue interpuesto en nombre de Ken Klippenstein, un reportero de la revista digital The Intercept, en virtud de una disposición de la Ley Federal de Registros.
La mencionada ley invoca al jefe de los Archivos solicitar la asistencia del fiscal general si una agencia no actúa para recuperar los registros, reportó el diario The Hill.
Los legisladores fueron notificados en julio por el inspector general del DHS, Joseph Cuffari, de que el Servicio Secreto había «borrado» mensajes de texto del 6 de enero de 2021, día del ataque al Capitolio federal por grupos de simpatizantes del entonces presidente Donald Trump.
Según la agencia la “pérdida” se produjo como resultado de una migración a un nuevo software telefónico, que tuvo lugar pocas semanas después del asalto al Congreso por seguidores del exmandatario republicano empeñados en impedir aquel día la certificación de la victoria del demócrata Joe Biden.
Los mensajes de texto del entonces secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, y de su adjunto, Ken Cuccinelli, también desaparecieron en un «reinicio» de los teléfonos del gobierno durante la etapa de transmisión al nuevo ejecutivo, que tomó posesión a partir del 20 de enero de 2021.
Todos esos mensajes borrados representan una gran pérdida para aquellos que investigan sobre los esfuerzos para bloquear la transición de poder después de los comicios de hace más de dos años, señaló el periódico.
Los intercambios vía teléfono permitirían revisar las discusiones en torno a los movimientos de Trump aquella jornada, así como sus esfuerzos para que el DHS confiscara las máquinas de votación.
Kel McClanahan, representante legal del caso y director ejecutivo del bufete de abogados National Security Counselors, dijo que transcurrió casi un año desde que Klippenstein presentó la solicitud y «desde cualquier punto de vista, es un plazo razonable» así que los Archivos “tendrán que hacer algo”.
Por su parte, el Servicio Secreto negó que la pérdida de los mensajes tuviera intenciones ocultas y sostiene que, por razones de seguridad, aconseja a sus agentes no utilizar esa vía de comunicación.
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