La irlandesa de 31 años de edad se sitúa ahora como una de las artistas de cine que llegó desde el otro lado del Atlántico a colocarse con emprendimiento en Hollywood y un ejemplo de su constancia radica en su participación en el filme de Steven Spielberg El puente de los espías.
A ese alto nivel llegó la actriz irlandesa subiendo uno por uno los escalones de su propia fama, según sus palabras.
Y como también expresa, se dio el gusto de compartir en esa cinta escenas con uno de sus ídolos, Mark Rylance, el dulce The BFG o El buen amigo gigante (2015), también dirigida por el llamado rey Midas del cine.
Con filmes como Un lugar donde quedarse (2011), cumplió el sueño de trabajar con Paolo Sorrentino, Sean Penn y Frances McDormand, actores admirados por ella.
La hija del ídolo irlandés de rock Bono pasa por un gran momento en la cinematografía internacional y ahora su más reciente película, Flora and son, acaba de ser presentada en el Festival de Sundance con su compatriota John Carney como director.
Estudió teatro en la Universidad de Nueva York, y una vez que tuvo la edad para poder lanzarse como actriz fue imparable.
«Me resultó muy fácil entrar a la industria, simplemente porque la gente estaba interesada en mí por mi padre», expresa, pero consiguió ganarse su propio espacio como la actriz Eve Hewson y dejar un poco atrás lo de la hija de Bono, el icónico vocalista de una de las más grandes bandas de rock de los años 90.
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