Si bien los datos revelaron un pequeño descenso de la inflación en los costos de otros productos, esa agrupación comercial determinó el incremento del monto de los insumos frescos en 17,8 por ciento durante abril, mientras los enlatados subieron en cerca de 13 por ciento.
De acuerdo con la directora ejecutiva del grupo, Helen Dickinson, “el efecto colateral del aumento del precio de elaboración y empaque significó que las comidas preparadas se volvieran más caras”.
Según la asociación, en las últimas semanas, algunos comercios minoristas utilizaron promociones de descuento para el estímulo de las ventas; sin embargo, la inflación aún en un punto máximo y el declive de la comercialización, provocaron que algunos consumidores perdieran la confianza.
Un estudio divulgado en abril por Consumer Watchdog, organización progresista sin fines de lucro y defensora de los intereses de los consumidores, determinó que el costo de los alimentos básicos en el país europeo resulta actualmente 80 por ciento más caro respecto a 2022.
El análisis de esa entidad con enfoque en los seguros, atención médica, reforma política, privacidad y energía incluyó la variación del precio de una cesta de alimentos de consumo cotidiano como queso, pan blanco, salchicha, papas y avena.
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