El experto libanés en asuntos energéticos enfatizó que la resurrección de cualquier país en crisis requiere primero de una infraestructura sólida, además de una necesidad urgente de ayuda externa, ya sea árabe, regional o internacional.
Nasreddine enfatizó en la urgencia de una entidad técnica y financieramente capaz de tomar el control de sector energético, luego de los intentos fallidos por reformarlo con decenas de miles de millones de dólares del tesoro público.
En un artículo publicado en la web árabe de Al Mayadeen, el analista consideró importante la construcción de nuevas fábricas para la producción de energía, redes de transmisión y centros de transformación, suficientes para entregarla a todos los ciudadanos; así como proveer el combustible para su funcionamiento.
A propósito de las dificultades del sector, el especialista resaltó la disposición de Irán, renovada la semana pasada aquí por su canciller, Hossein Amir Abdollahian, de ayudar a Líbano a resolver esta crisis de una vez por todas, sin respuesta alguna desde 2007 ante el temor a sanciones de Estados Unidos.
En este contexto, el economista puntualizó que el acuerdo Irán-Arabia Saudita y la unión de los dos países al bloque Brics y a la Organización de Cooperación de Shanghai, crearía una nueva situación económica en Asia y el mundo con un impacto positivo en Iraq, Yemen, Siria y Líbano, contraria a la planeada por Washington.
Sobre el miedo a medidas coercitivas, Nasreddine, subrayó que Riad decidió invertir en Irán, sin impotarle las sanciones estadounidenses y al mismo tiempo Iraq, Pakistán y Turquía con fuertes relaciones con los países occidentales, en especial la Casa Blanca, compran su electricidad y petróleo a Teherán y los norteamericanos no pueden evitarlo.
En consecuencia, el experto cuestionó el interés de Estados Unidos de ayudar a Líbano en su avance económico, si la nación de los cedros acepta el ofrecimiento de Irán.
Por su parte, Nasreddine agregó que la aceptación de una ayuda externa al sector eléctrico permitiría ahorros en el costo de importación de combustible, el pago a generadores privados, fortalecería el turismo, la economía digital, la inversión en comunicaciones, la salud, seguridad alimentaria y el producto interno bruto.
De acuerdo con entidades de Naciones Unidas, el sector de la Energía constituye uno de los más afectados por el colapso económico y financiero en Líbano con apenas dos horas de suministro diario por la empresa estatal.
El propio organismo multilateral reflejó que la crisis energética amenaza en el presente la sostenibilidad de servicios básicos de agua y salud en todo el territorio nacional, lo que pone en peligro la vida de miles de familias libanesas.
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