Los dirigidos por Luciano Spaletti lograron la hazaña 33 años después que el astro del fútbol argentino y mundial Diego Armando Maradona guiara a los del sur de Italia a sus dos primeras supremacías a finales de los años 80 y principios de los 90.
Gracias a la amplia ventaja sobre el Lazio, segundo en clasificación, los napolitanos solo necesitaban un empate para tomar una distancia ya definitiva en términos matemáticos y poner a festejar a toda una ciudad.
Tras salir debajo en la pizarra desde el minuto 13 con el gol de Sandy Loric, el conjunto napolitano logró la igualada por intermedio del delantero nigeriano Victor Oshimen al 52, un gol que entrará a la historia como el que dio el tercer título para los suyos.
A falta de cinco fechas para el final de la justa Nápoles es ya inalcanzable en la cima con 80 puntos, Lazio segundo con 64, Juventus ocupa el tercer escaño con 63 e Inter de Milán es cuarto con 60, cerrando los puestos con acceso a la Liga de Campeones de la próxima temporada.
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