Nada más arrancar el desafío, el brasileño Vinicius desbordó a dos jugadores y sirvió en bandeja el balón a Rodrygo, quien -con un ligero desvío de la defensa rival- abrió el marcador a placer. Apenas dos minutos duró la resistencia osasunista.
Empero, Osasuna absorbió el golpe con hidalguía, hizo gala de gran amor propio y tuvo varios acercamientos reseñables, aunque todos estériles y sin peligro extremo en el estadio La Cartuja, de Sevilla.
En el minuto 25, el arquero de los rojillos Sergio Herrera realizó una atajada antológica: Vinicius desbordó por enésima ocasión, cedió un pase para Rodrygo, quien de primera -y de tacón- le hizo llegar el balón a Karim Benzema, pero el disparo del francés fue repelido de forma milagrosa, abajo, por el cancerbero.
Acto seguido, en el 26, Osasuna pudo empatar, sin embargo, Dani Carvajal salvó bajo palos el remate del extremo marroquí Abde Ezzalzouli, quien juega en Osasuna cedido por el FC Barcelona.
Apenas unos instantes después, en el 32, el Madrid pudo ampliar la cuenta, pero el sensacional disparo -de falta directa- del austríaco David Alaba se estrelló contra el poste.
Vinicius, por mucho el jugador más desequilibrante del partido, y posiblemente del mundo en la actualidad, intentó marcar, pero la parábola de su tiro salió alta, rozando el larguero en el 36.
Antes del medio tiempo, el árbitro sacó varias tarjetas, incluida una a Vinicius, la enésima que se gana en la temporada por protestar (de hecho, el sudamericano se llevó al menos una tarjeta en todos los partidos que disputó en esta Copa del Rey).
La segunda parte arrancó con alta intensidad, aunque el Madrid cometió el error de cederle el balón al Osasuna, que poco a poco fue ganando terreno hasta lograr el empate temporal en el 58.
Un misil imparable de Lucas Torró desde fuera del área ajustadísimo al palo, imposible de atajar para Thibaut Courtois, propició la igualdad en el marcador.
Después del tanto de Osasuna, el duelo entró en un trance neutral, en el que hasta Vinicius perdió brillo en sus cabalgatas por la banda izquierda.
Sin embargo, en el 70, Rodrygo aprovechó un balón muerto dentro del área, tras un disparo de Benzema -nuevamente desviado por David García- para marcar por segunda vez en el partido y poner delante a los suyos.
En las postrimerías, ambos equipos realizaron varios cambios en busca de piernas frescas, el Madrid para aguantar, el Osasuna para incrementar la presión. El croata Luka Modric, quien regresó de una lesión, sustituyó al alemán Toni Kroos.
Vinicius pudo sentenciar el duelo en el 91, pero en lugar de pasarle la pelota a Benzema, que llegaba solo desde atrás, prefirió disparar a puerta, y su tiro fue horrible.
Después de cinco minutos de descuento, llegó el pitazo final y el momento de gloria para el Madrid, que de esa manera pudo celebrar su primer título de la temporada.
El Real Madrid alzó así su vigésimo trofeo de la Copa del Rey, mientras acentuó su paternidad sobre Osasuna en estas lides (ahora suma nueve triunfos sin reveses ante los rojillos).
Solo Barcelona (31) y Athletic Club de Bilbao (23) atesoran más títulos de Copa nacional que los merengues.
Desde el mismo momento del pitazo final, todos los jugadores y fans del Real Madrid pusieron su mirada y todos sus sentidos en el próximo martes, día señalado para el partido de ida de las semifinales de la Champions, contra el poderoso Manchester City.
lam/yas