Según el vocero castrense, en esa misma dirección, los ataques de la aviación y el fuego de artillería alcanzaron a unidades de las brigadas ucranianas 67 Mecanizada, 80 de Asalto Aerotransportado y 5 de Asalto de las Fuerzas Armadas de Ucrania en zonas al oeste de Artiomovsk.
«La aviación realizó 10 misiones y dos salidas de helicópteros en la zona durante el día. La artillería de la agrupación de tropas Sur realizó 98 misiones de tiro», añadió Konashénkov.
«Más de 240 militares y mercenarios ucranianos fueron aniquilados, en tanto tres blindados de combate, cuatro vehículos, así como una unidad de artillería autopropulsada Gvozdika fueron destruidos en la jornada durante los combates cerca de Artiomovsk”, agregó Konashénkov.
Al mismo tiempo, las fuerzas rusas eliminaron alrededor de 70 militares de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la zona sur de la República Popular de Donetsk, y en la región de Zaporozhie en las últimas 24 horas, agregó.
El portavoz militar igualmente refirió que la defensa antiaérea cerca de la ciudad de Izium, en la región de Járkov, derribó un avión Su-27 de la Fuerza Aérea de Ucrania, mientras que cuatro misiles de Himars fueron interceptados durante el día.
Konashenkov señaló que desde el inicio de la operación militar especial Ucrania ha perdido un total de 420 aviones, 230 helicópteros, cuatro mil 62 vehículos aéreos no tripulados, 421 sistemas de misiles antiaéreos, y nueve mil 67 tanques y otros vehículos blindados de combate.
Desde el 24 de febrero de 2022 Rusia desarrolla una operación militar especial en el este de Ucrania que, a decir del presidente Vladimir Putin persigue desmilitarizar y desnazificar al país vecino e impedir los ataques del régimen de Kiev contra la población civil de las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk.
Durante la operación militar, las fuerzas rusas tomaron el control de las regiones de Zaporozhie y Jerson que pasaron a formar parte del territorio de la Federación de Rusia, junto con las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk.
Occidente en su momento ignoró las propuestas de Moscú para formar un espacio común de seguridad en Europa y evitar el avance de la OTAN a las fronteras con el gigante euroasiático, que veía en ello una amenaza directa para su seguridad nacional.
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