De acuerdo con un reporte publicado en esta capital algunos de los cuerpos de las víctimas exhumadas, se encuentran sin órganos, lo que no descarta la hipotésis de que los jefes de las congregaciones bajo investigación estuvieran en ese execrable negocio.
Más de un centenar de cadáveres, entre estos la mayoría de niños, han sido encontrados en la investigación de la llamada Masacre del bosque de Shakahola, cuya revelación ocupa los principales titulares de la prensa local y despierta el rechazo de la población.
Según las autopsias realizadas a 112 cuerpos, la mayoría de las víctimas murió de hambre, probablemente después de haber seguido la predicación de Paul Nthenge Mackenzie, un autoproclamado pastor de la Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas, que abogaba por el ayuno para encontrar a Jesús.
De igual forma se conoció que algunas de las víctimas, incluidos niños, fueron estranguladas, golpeadas o asfixiadas, según informó la semana pasada el jefe de operaciones forenses, Johansen Oduor.
La Dirección de Investigaciones Criminales (DCI) solicitó este lunes el congelamiento de las cuentas bancarias del pastor Ezequiel Odero, detenido el 28 de abril por este caso y liberado bajo fianza.
Según DCI, el influyente pastor recibió enormes transacciones en efectivo de feligreses que le habían pedido a Mackenzie que vendiera sus propiedades.
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