Según fuentes locales, al norte de Bahri, los militares emboscaron a las RSF, destruyeron blindados y aniquilaron a varios francotiradores apostados en los techos de los edificios.
Asimismo, en un comunicado, el ejército acusó a los paramilitares de asaltar las sedes de las embajadas de Arabia Saudita, Jordania, Sudán del Sur y Somalia.
En tanto, las RSF denunciaron a los mandos castrenses por involucrar a su favor a las fuerzas policiales en los combates y advirtió de que responderá a cualquier acción de esos efectivos.
El jefe del ejército y del Consejo Soberano de Transición, (CST) General Abdelfatah al Burhan, sustituyó recientemente al ministro de Interior en funciones y jefe de la Policía, Anan Hamed Omar, por no regresar al país cuando comenzó el conflicto.
Ambas partes continúan acusándose de violar la tregua pactada el pasado viernes 11 en la ciudad saudita de Jeddah, con mediación internacional, pacto en el que se comprometieron a crear corredores humanitarios para evacuar extranjeros y población civil, así como a respetar hospitales y otros centros de la Cruz Roja.
Por otra parte, Naciones Unidas estimó en más de tres mil millones de dólares la ayuda necesaria para Sudán en el aspecto humanitario y recordó que esa nación es considerada una de las más pobres del mundo donde unos 18 millones de personas sufren hambre y desnutrición.
En tanto, las cifras de civiles muertos por los combates, según partes médicos conservadores, superan los 820 y la de heridos ronda los tres mil.
Los enfrentamientos estallaron el pasado 15 de abril por contradicciones en medio de un proceso de integración de las Fuerzas de Apoyo Rápido, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, vicepresidente del Consejo Soberano de Transición (CST) al seno de las Fuerzas Armadas, y el jefe del Ejército y presidente del CST, Abdelfatá al Burhan.
Ambos, con grado de general, se han disputado el control del país después del derrocamiento en 2019 del presidente Omar al Bashir.
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