La información brindada por las autoridades policiales señala que el total de sospechosos detenidos se mantiene en 31, mientras el número de personas dadas por desaparecidas sigue siendo de 610.
La tragedia ocurrió en el bosque de Shakahola, en el costero condado de Kilifi, en el sur del país, donde fueron halladas numerosas tumbas y fosas comunes, además de personas en estado muy grave que murieron posteriormente en los hospitales, a donde fueron trasladados luego de ser descubiertos en pleno ayuno.
Las autopsias posteriores mostraron signos de inanición, pero los cadáveres de al menos tres menores y un adulto tenían también rastros de estrangulación y asfixia.
Según las fuentes, las investigaciones apuntan a que los fieles eran forzados a seguir con el ayuno aunque quisieran abandonarlo, presuntamente persuadidos por el pastor Paul Mackenzie Nthenge, quien se encuentra detenido junto con su mujer y otros sospechosos.
El presidente de Kenia, William Ruto, pidió este domingo disculpas en nombre de su Gobierno por no haber podido impedir las muertes e instruyó la formación de una comisión de especialistas para investigar la formación del culto, sus raíces y los efectos en la sociedad.
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