El documento, fechado el 18 de mayo de 1895 en pleno escenario bélico de la región oriental cubana, define los principios y objetivos de la lucha por la independencia, reiniciada el 24 de febrero de ese año.
En la misiva, considerada su testamento político, Martí alertó sobre los apetitos expansionistas de Estados Unidos y la existencia de una corriente anexionista en la sociedad cubana ajena al clamor libertario.
El Héroe Nacional expresó en el texto su voluntad de morir por alcanzar esa libertad que sostendría también la soberanía de otros países de América Latina y el Caribe.
«Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber de impedir a tiempo que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan con esa fuerza más sobre nuestras tierras de América», aseveró.
El documento está considerado por estudiosos de la obra martiana entre las de mayor trascendencia política de la autoría del fundador del Partido Revolucionario Cubano.
En la isla caribeña evocan el hecho histórico como un recordatorio de la vigencia del pensamiento del calificado como el más universal de los cubanos, quien previó a tiempo las apetencias colonizadoras estadounidenses.
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