En sintonía con las decisiones de la Unión Europea, la iniciativa busca disminuir en el 55 por ciento para el 2030 la emisión de gases de efecto invernadero, en comparación con los niveles registrados en 1990.
Según Borne, se trata de un plan que implica un esfuerzo colectivo, con la participación de empresas, autoridades y hogares.
Por la naturaleza del desafío (el cambio climático), cada parte debe asumir su responsabilidad y no reposar en los esfuerzos de otros, por una cuestión de eficacia y de justicia, dijo.
La primera ministra calificó el tema de la transición ecológica de una preocupación mayor de los franceses, en particular de los jóvenes, en un contexto de críticas al presidente Emmanuel Macron por organizaciones ambientalistas, que lo acusan de inacción climática.
Borne adelantó que en las próximas semanas, funcionarios del Gobierno dialogarán con diversos sectores sobre la iniciativa, que se convertirá en una estrategia para finales de junio, a partir de otras decisiones.
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