Lo ocurrido el domingo con el brasileño fue, al parecer, la gota que colmó la copa. Jugador del Real Madrid desequilibrante, veloz y también proclive a las protestas, Vinicius es objeto de insultos y gritos racistas en los estadios fuera del Santiago Bernabéu.
Algo que, significativamente, ocurre solo en España, porque en los partidos internacionales de los merengues es respetado por árbitros, rivales y hasta los hinchas contrarios. Algunos periodistas locales justifican el hecho con un supuesto cambio de comportamiento del “canarinho”.
A sus 22 años, su propio entrenador Carlo Ancelotti, gran defensor del brasileño, reconoció que en ocasiones pierde los estribos, pero nunca para dar lugar provocaciones de sus marcadores y mucho menos a recibir manifestaciones deleznables y racistas.
La víspera, el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), anunció la sanción al club Valencia con el cierre de la Grada Kempes durante cinco partidos por los insultos al jugador durante el partido con el Real Madrid el pasado domingo.
Detalló que ha decidido ‘imponer al Valencia una sanción de clausura parcial del recinto deportivo por un período de cinco partidos y una sanción pecuniaria de 45 mil euros por la comisión de las infracciones muy graves (…)’.
De otro lado, el mismo ente, en un dictamen sin precedentes, decidió dejar sin efecto la tarjeta roja que vio Vinicius ante el Valencia.
«Este Comité considera acreditado que la apreciación del colegiado estuvo determinada por la omisión de la totalidad del lance sucedido, lo que vició la decisión arbitral (…)”. Asimismo, la RFEF, LaLiga y el Consejo Superior de Deportes, lanzaron una campaña denominada Juntos contra el Racismo, hasta el final de la temporada a la cual le restan tres jornadas.
En paralelo, la RFEF cesó al árbitro VAR Ignacio Iglesias Villanueva, que actuó en el polémico partido del Real Madrid ante el Valencia, y a otros cinco encargados del tema en el torneo nacional.
Brasil se tomó el asunto muy en serio y amenazó con apelar a una figura jurídica y extraditar a los culpables de las amenazas y gritos racistas al virtuoso delantero.
El presidente del gigante sudamericano, Lula da Silva, hizo una fuerte condena, lo mismo que el titular de la FIFA. Gianni Infantino, quien opinó que como mínimo, el Valencia (rival del Real Madrid el domingo), debería perder los tres puntos.
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