Desde los sucesos el pasado domingo en Mestalla en el partido del Real Madrid contra el Valencia, se hizo ineludible para la clase política el tema del racismo, reiterado en el deporte, por los insultos al delantero brasileño Vinicius Junior.
La condena es casi unánime, salvo comentarios en otra dirección del líder del ultraderechista partido Vox, Santiago Abascal, y el asunto reflotó también en un amplio contexto internacional, desde el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, hasta personalidades de Naciones Unidas.
Al margen, los comicios españoles son para muchos un termómetro de lo que pudiera ocurrir en las generales de noviembre próximo, si se da un cambio de ciclo de la izquierda ahora en el poder (socialistas del PSOE y la alianza Unidas Podemos) a los conservadores del Partido Popular (PP) junto con Vox.
En el penúltimo día de campaña, el presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, proyectará sus discursos en Sevilla y Madrid, lo mismo que Abascal.
Por su parte, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se concentrará en Murcia. Su apuesta es desacreditar al “sanchismo” (a Pedro Sánchez y su administración), mientras el Ejecutivo pondera sus logros económicos y sociales.
Reaparece en el escenario político el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, que dará su espaldarazo público a los candidatos de su antigua formación a la Comunidad y al Ayuntamiento de Madrid, a cuyos máximos puestos aspiran Juan Lobato y la exministra Reyes Maroto, respectivamente.
Una de las figuras emergentes en la política española, proyectada hacia las presidenciales con el movimiento Sumar, es la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra del Trabajo, Yolanda Díaz, quien participará en actos electorales en Palma de Mallorca y Valencia.
Los son deos publicados hasta ahora son confusos en el sentido de que según sus resultados, son cuestionados por los partidos políticos. Algunos dan a la izquierda consolidada en el país, otros auguran una remontada absoluta de los conservadores, y no pocos señalan el alza de la ultraderecha.
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