La representante especial del secretario general de Naciones Unidas en Kosovo, Caroline Ziadé, sigue con gran preocupación los acontecimientos en el norte de Kosovo, señala un comunicado de la referida misión, citado por la prensa capitalina.
Ziadé exhorta a todas las partes a evitar una escalada y a poner en práctica medidas urgentes para restablecer la tranquilidad, destaca el documento oficial, después que la policía kosovar reprimió con gases lacrimógenos una protesta de la minoría serbia.
La funcionaria de la ONU consideró necesario buscar una solución en el marco del diálogo entre Belgrado y Pristina, auspiciado por la Unión Europea (UE), declaró la misión internacional.
En su tiempo, la UE hizo caso omiso a los acuerdos firmados para poner fin en 1999 a los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra la entonces Federación de Yugoslavia, que reconocían la jurisdicción serbia sobre su provincia de Kosovo.
Países dentro del bloque comunitario, como Grecia y España, se negaron a reconocer la autoproclamada república, pero la mayoría de los 27 sí lo hizo, mientras la OTAN mantiene su presencia en la zona.
En las recientes elecciones en los municipios del norte de Kosovo, apenas participó poco más del tres por ciento de los empadronados, en medio del boicot de la minoría serbia, que ahora desconoce los resultados.
Policías kosovares intentaron desmontar barricadas levantadas por la población de origen serbio en edificios administrativos en Mitrovica, para lo cual emplearon gases lacrimógenos y granadas aturdidoras, entre otros medios, señaló la radio en esta urbe.
En los municipios en el norte de Kosovo, colindante con Serbia, se escucharon sirenas y se registraron fallos de la comunicación por móvil, mientras en Belgrado, el presidente Alexander Vucic dispuso la movilización general del Ejército.
Belgrado y Pristina protagonizaron en al menos dos ocasiones anteriores en poco más de un año momentos de tensión similares, con movilización de tropas y agentes del orden público de ambas partes.
Analistas recuerdan que los bombardeos de 1999 de la alianza atlántica, sin un mandato de la ONU y con saldo de más de dos mil muertos, en su mayoría civiles, se justificaron con la necesidad de frenar una supuesta limpieza étnica de la mayoría albanesa en Kosovo.
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