Aunque las alarmas provocaron recientes cambios en las reglas del famoso concurso de la de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos a fin de lograr mayor diversidad e inclusión, lo cierto es que las estadísticas demuestran una evidente diferencia histórica en el acceso de las féminas a nominaciones y representación en el cine.
Según un estudio del diario británico The Guardian, desde 1929 hasta 2020 hubo más de 10 mil candidaturas a los Óscar y,de todas ellas, solamente el 14 por ciento correspondió a las mujeres. En el caso del apartado a mejor dirección, la cifra es mucho peor: siete nominaciones de las más de 450.
El fenómeno no solo habita en la filmografía estadounidense, se replica en casi la totalidad de los países con mayor desarrollo del séptimo arte en el mundo. Hace algunos años, el periódico Clarín publicó un reportaje acerca de la igualdad de género en la industria cinematográfica de Argentina que mostró resultados similares.
La indagación indicó que durante el período 2007-2017se filmaron 1627 películas con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisualesde ese país y de ellas solo 284 (17,5 por ciento) fueron realizadas por mujeres.
Pero el problema va más allá. Un informe de marzo de este año del Centro para el Estudio de la Mujer en la Televisión y el Cine de la Universidad Estatal de San Diego encontró que las féminas representaban el 38 por ciento de los roles protagónicos y el 37 por ciento de todos los papeles con textos en los 100 principales estrenos de Estados Unidos en 2022.
El primer estudio mundial sobre personajes femeninos en cintas populares presentado por ONU Mujeres en 2014 reveló una discriminación profundamente arraigada y estereotipos generalizados por parte de la industria cinematográfica internacional.
El análisis abarcó a los países y territorios más lucrativos en el mundo, entre ellos, Australia, Brasil, China, Francia, Alemania, India, Japón, Rusia, Corea del Sur, Estados Unidos y Reino Unido, así como colaboraciones británico-estadounidenses.
Pese a que las féminas constituyen la mitad de la población mundial, menos de una tercera parte de los personajes con líneas de dialogo y menos de una cuarta parte de la fuerza laboral ficticia que aparece en pantalla son mujeres.
Subrayó además que, por lo general, cuando se les contrata, estas no encarnan puestos influyentes. Representan menos del 15 por ciento de los ejecutivos de negocios, figuras políticas o empleados en puestos de ciencia, tecnología, ingeniería y/o matemáticas que aparecen en las cintas.
Asimismo, los estereotipos las marginan en los puestos profesionales de prestigio y los personajes masculinos predominan sobre los femeninos cuando se trata de fiscales y jueces (13-1), profesores (16-1) y médicos (5-1).
Sin embargo, se llevan las de ganar en comparación con los hombres, lamentablemente, cuando se trata en el tema de la hipersexualización. Las jóvenes y las mujeres, pues tienen el doble de posibilidades de aparecer vestidas con ropas sugestivas, parcialmente desnudas o delgadas en el cine.
“Estos resultados reflejan que, a nivel mundial, el problema de valorar a las mujeres va más allá de su representación en las películas. Tenemos un problema como humanidad”, denunció la dra. Stacy L. Smith, investigadora principal del estudio promovido por ONU Mujeres.
(Tomado de 4ta Pared, suplemento cultural de Orbe)