Desde que estallaron los combates entre l Ejército y los paramilitares el 15 de abril, los voluntarios enterraron 102 cuerpos no identificados en el cementerio Al-Shegilab de la capital y 78 más en cementerios en Darfur, señala un comunicado de la organización.
El texto recuerda que tanto el jefe del ejército Abdel Fattah Al-Burhan como su otrora hombre fuerte, ahora su rival al frente de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) Mohamed Hamdan Daglo, se han comprometido repetidamente a proteger a los civiles y asegurar los corredores humanitarios.
Las violaciones a la tregua y los acuerdos de corredores humanitarios imposibilitan a los voluntarios de la Media Luna Roja, apoyados por el Comité Internacional de la Cruz Roja, moverse por las calles para recoger a los muertos.
En las conversaciones de alto el fuego en Arabia Saudita el pasado mes, las partes en conflicto acordaron permitir a los actores humanitarios responsables recoger, registrar y enterrar a los fallecidos en coordinación con las autoridades competentes.
Distritos enteros de la capital ya no tienen agua corriente, la electricidad solo está disponible unas pocas horas a la semana y las tres cuartas partes de los hospitales en las zonas de combate no funcionan, según denuncian organismos y organizaciones humanitarias.
La situación se torna particularmente grave en la región occidental de Darfur, que alberga alrededor de una cuarta parte de la población de Sudán y nunca se recuperó de una devastadora guerra de dos décadas que dejó cientos de miles de muertos y más de dos millones de desplazados.
Miles de civiles han muerto, se han incendiado aldeas y mercados, saqueado instalaciones de ayuda, embajadas e instituciones, mientras los que pueden buscan refugio en países vecinos, asegura el Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados.
Los médicos y las agencias de ayuda alertan que es probable que el número real de muertos sea mucho mayor, debido a la cantidad de cuerpos abandonados en áreas inalcanzables.
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