El 31 de mayo último, el Ejército sudanés suspendió su participación en las conversaciones de alto el fuego, tras exigir a las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) que desalojara zonas residenciales, hospitales e instituciones públicas, de servicios y comisarías policiales.
Según el soporte de información televisivo, que cita un comunicado de países mediadores en el conflicto, entre ellos Arabia Saudita y Estados Unidos, tanto la delegación del Ejército como la de las RSF tomaron parte en reuniones por separado con los facilitadores del diálogo.
Tal documento reflejó además que los intermediarios recordaron a las partes enfrentadas que tienen el compromiso de asegurar la protección de los civiles en territorio sudanés, como parte de la Declaración de Yeda, suscrita el 11 de mayo pasado.
Pese a los esfuerzos para el logro de la paz en Sudán, en las últimas horas, los bombardeos aéreos aumentaron su intensidad en áreas occidentales de Jartum, luego de que el pasado fin de semana finalizó la tregua pactada entre las tropas gubernamentales y las RSF.
Recientes informes de organizaciones médicas estimaron que debido a la guerra las muertes de civiles en Sudán sobrepasan el millar, con más de seis mil heridos y numerosos desaparecidos y desplazados.
Los choques armados en territorio sudanés estallaron el pasado 15 de abril por contradicciones entre los liderazgos de las tropas gubernamentales y de las RSF, en relación con la integración de ese último ente al Ejército.
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