El texto presentado por el grupo de diputados Libertades, Independientes, Ultramar y Territorios llegará mutilado, después de que la Comisión de Asuntos Sociales de la Cámara Baja lo aprobara sin su principal objetivo, impedir la extensión de la edad de retiro de 62 a 64 años, piedra angular de la cuestionada reforma.
La víspera, la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet (partido gobernante Renacimiento), esgrimió el artículo 40 de la Constitución para evitar que la oposición retome mediante enmiendas el propósito de evitar la extensión de la edad de retiro.
Dicho artículo de la carta magna establece que una propuesta parlamentaria no puede degradar las finanzas públicas, y se supone –según el Gobierno- que la reforma de la jubilación promulgada por el presidente Emmanuel Macron a mediados de abril aportará al país 18 mil millones de euros en los próximos años.
De esta manera, parece esfumarse el último recurso de los detractores en Francia de la iniciativa que debe entrar en vigor a partir del 1 de septiembre, pese a las 14 jornadas de multitudinarias protestas sindicales, la más reciente de ellas el martes de esta semana, las huelgas y el rechazo de la mayoría de los partidos opositores.
En las encuestas, siempre fue dominante el repudio ciudadano a la norma, aun cuando Macron y otros voceros del oficialismo la presentaron como la única manera de salvar del déficit financiero insostenible al sistema de retiro por puntos.
Queda por ver cómo responderá la oposición en la Asamblea, donde pudiera presentarse una nueva moción de censura contra el Gobierno, opción adelantada ayer por la jefa de la bancada de La Francia insumisa, Mathilde Panot.
La diputada calificó de inaceptable y de golpe de fuerza la decisión de acudir al artículo 40 de la Constitución para impedir el voto del proyecto de la LIOT con su objetivo central, frenar la extensión de la edad de jubilación.
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