La educación es uno de los logros del proceso revolucionario desde 1959 y la enseñanza se organiza a través de un conjunto de subsistemas articulados de forma orgánica, afirmó en su disertación el profesor Alejandro Barro, decano de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana.
Hizo alusión a La historia me absolverá, el alegato de autodefensa del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, ante el juicio en su contra comenzado el 16 de octubre de 1953 por los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente, sucedidos el 26 de julio de ese año.
En la audiencia judicial, el entonces joven licenciado en Derecho Civil decide asumir su propia defensa y en el documento denuncia lo que considera los males de la Cuba de entonces, resumidos en seis problemas fundamentales: el de la tierra, la industrialización, la vivienda, el desempleo, la educación y la salud.
Aunque en la isla se instauró un sistema de educación primaria pública, gratuita y obligatoria, hacia 1953, con una población de 6,5 millones de habitantes, existía medio millón de niños sin escuelas, un millón de analfabetos y 10 mil maestros sin trabajo.
Con el triunfo revolucionario, destacó Barro, la educación gratuita y universal estuvo garantizada con materiales de estudio y la necesaria enseñanza llegó a comunidades aisladas.
Por la importancia dada al sector se instalaron canales educativos, con maestros seleccionados, los cuales tuvieron vital protagonismo en tiempos de la pandemia de Covid-19 para que cada niño siguiera con su curso escolar.
El académico explicó el sistema educativo desde el Programa Educa a tu Hijo, hasta la Universidad, pasando por escuelas obreras y cursos superiores para trabajadores. Mencionó además la existencia de establecimientos especiales para niños con necesidades especiales.
Barro ponderó el sistema de alfabetización cubano y en particular el método Yo sí Puedo, extendido por el mundo y en que se utilizan medios audiovisuales y un facilitador para transmitir los conocimientos. De acuerdo con datos oficiales, entre 2002 y 2016 se instruyó con el programa a casi de 10 millones de personas de 30 países.
Respecto a la educación superior, el docente enfatizó que resulta gratuita y con acceso libre, y Cuba tiene casi 300 mil estudiantes universitarios, que representan un 2,7 por ciento de la población, posee 40 universidades (dos en cada provincia) y los educandos pueden matricular en posgrados o doctorados.
«Tenemos 112 carreras en varios campos del conocimiento», subrayó.
lam/ocs