La difícil impronta, en la cual debe desarrollarse el encuentro y toda la acción de la coalición, es sostener la unidad y que las ambiciones y metas personales no la rebasen.
Ese fue el último llamado ayer del presidente Andrés Manuel López Obrador, fundador de Morena, en su recorrido por la Huasteca, cuando intentó esclarecer las pautas y prioridades en la selección de su sucesor en el proceso que inició este domingo.
Lo que sí dejó claro es que el candidato será el que elija la gente mediante una encuesta entre Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno capitalino; Marcelo Ebrard, canciller; Adán Augusto López, secretario de Gobernación; Ricardo Monreal, jefe de Morena en el Senado; Gerardo Fernández Noroña, del Partido del Trabajo, y Manuel Velasco, del Verde.
López Obrador busca de forma obstinada que nada se salga de control y que la unidad por la que ha trabajado más de 20 años desde la fundación de Morena se refuerce en lugar de debilitarse, de allí su gran alerta a los seis y a toda la militancia de la coalición: que sus adversarios trabajan como filo cortante esa vertiente.
El asunto está en que las discrepancias entre todos los aspirantes ya no son con sordina y las críticas y réplicas mutuas surgen fuertes y amenazan con romper la armonía.
Un ámbito así beneficiará a sus adversarios y afectará a la coalición, en particular a Morena, que ha sobrevivido a los violentos ataques de los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional, de la Revolución Democrática, y en especial de la oligarquía y el empresariado millonario.
La reunión, como es lógico, será a puerta cerrada y no se sabe si tiene hora de cierre, ni cómo ni cuándo darán a conocer sus resultados, e incluso si concluirá o no este mismo domingo.
Un día antes de su inicio, se registró un escarceo entre los candidatos de Morena por declaraciones de siete gobernantes de estado, que se pronunciaron a favor de Sheinbaum, pero la misma mandataria y el secretario de Gobernación calmaron las aguas.
En la convención extraordinaria del Consejo Nacional de Morena, que encabeza el gobernador de Sonora Alfonso Durazo, el presidente de esa organización política Mario Delgado y la Dirección Nacional en pleno, los seis precandidatos tendrán derecho a exponer sus propuestas sobre el método de selección del candidato único, aunque es difícil otro que no sea la encuesta popular.
Lo que sí es probable que cada cual ponga sus leyes del juego a debate, a fin de garantizar que el piso sea parejo en verdad para todos y las oportunidades y posibilidades sean las mismas para el grupo.
A Marcelo Ebrard se le critica que hace tiempo está en campaña, que ha movido muchos recursos al respecto y que incluso convirtió ayer en acto de proselitismo un evento de Estado, en el cual presentó su despedida al cargo de Secretario de Relaciones Exteriores, cargo al que renuncia mañana.
Sheinbaum, por su parte, agradeció a los gobernadores que hicieron público su apoyo y les pidió calma y esperar a las reglas que se establecerán en esta reunión extraordinaria.
Mientras, Adán Augusto rechazó que se estuvieran usando métodos antiguos del Partido Revolucionario Institucional como dijo uno de los precandidatos, y Monreal se mantuvo en su criterio de garantías de piso parejo para todos.
Esas manifestaciones dan argumentos a la oposición para enfatizar en su campaña de que la unidad entre los precandidatos y en el interior de la propia Morena no está garantizada, ni consensado el método de selección.
Ya falta solamente un año para las elecciones generales de 2024, que en esta ocasión se adelantan para el 2 de junio en virtud de que el mandato de López Obrador vence dos meses antes por acuerdo tomado en 2018, a fin de que el nuevo presidente participe en la elaboración del presupuesto nacional de 2025.
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