Según dijo el alto funcionario a la agencia de noticias Sputnik, entre las opciones de los militares ucranianos estarían un ataque con misiles, un atentado terrorista o un intento de tomar la central cruzando el río Dniéper.
Rogov supuso que Ucrania podría realizar una provocación antes de la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, prevista para mediados de julio, y denunció los intentos de culpar de antemano a Moscú, diciendo que los rusos están minando la central bajo su control.
La provincia de Zaporozhie, donde se encuentra la nuclear homónima, se escindió de Ucrania y se incorporó a Rusia a finales de septiembre pasado, tras un referéndum en el que el ‘sí’ ganó por mayoría abrumadora.
Actualmente, Rusia controla un 70 por ciento de su territorio; la ciudad principal, Zaporozhie, sigue en manos ucranianas, por lo que las autoridades proclamaron como centro político y administrativo la ciudad de Melitópol.
La central nuclear de Zaporozhie, la mayor de Europa, se encuentra cerca de la ciudad de Energodar, a orillas de un embalse que sufre actualmente una descarga descontrolada tras el derrumbe del dique de Kajovka, más abajo en el curso del Dniéper.
La planta cuenta con seis reactores de agua presurizada del modelo VVER-1000 y tiene una capacidad total de seis mil megavatios. Las seis unidades de generación están apagadas, para minimizar el riesgo de su exposición al conflicto armado en curso.
Desde marzo de 2022, la central permanece bajo control de militares rusos.
El Ministerio de Exteriores de Rusia alega que la presencia militar en la planta persigue evitar fugas de materiales nucleares y radiactivos.
Rusia y Ucrania se acusan periódicamente de disparar contra instalaciones de la central, que en múltiples ocasiones se quedó sin fuentes de alimentación externa de energía eléctrica.
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