FotosPL: Deisy Francis
Al menos así lo considera la doctora Ramona LaRoche, quien en diálogo con Prensa Latina expresó la pasión por defender el legado afroamericano, africano y caribeño en este país.
Perteneciente al sistema nacional de bibliotecas públicas, el centro, ubicado en el Sistrunk Boulevard, en esa ciudad del sureño estado de Florida, atesora una rica colección.
Más de un millón de artículos, incluidos libros raros, artefactos, obras de arte, manuscritos y materiales de referencia están bajo resguardo y al alcance del visitante.
Doctora en Ciencias de la Información por la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Carolina del Sur, LaRoche destacó las más de dos décadas que tiene la biblioteca desde su fundación el 26 de octubre de 2002.
La instalación tiene una extensión de cinco mil 600 metros cuadrados y cuenta, entre otras facilidades, con un auditorio de 300 asientos, galería de arte, así como los espacios para niños y adultos.
El proyecto se hizo realidad gracias al empeño de Samuel F. Morrison durante su etapa al frente de la División de Bibliotecas del Condado de Broward, dijo la especialista.
En ese momento Morrison de inspiró en una visita a la Biblioteca de Investigación de Auburn Avenue sobre Cultura e Historia Afroamericana, en Atlanta, Georgia, y al Centro Schomburg para la Investigación de la Cultura Negra en la ciudad de Nueva York.
Por cierto, de la mano de LaRoche, al recorrer las áreas de la biblioteca, se pudo observar una figura de Morrison que emplea la animatrónica, técnica que, mediante el uso de mecanismos robóticos o electrónicos, simula el aspecto y comportamiento de los seres vivos.
Para no pocos expertos, la historia de Estados Unidos tiene sus raíces en la esclavitud y si no se comprende la fuente del problema, preguntan cómo será posible resolverlo.
Ello da pie a pensar también cuando se traspasa el umbral del Centro, en los reiterados intentos del gobernador republicano de Florida Ron DeSantis por borrar esa historia, prohibir cursos o vetar libros.
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