La Administración de Seguridad y Transporte anticipó que 4,7 millones de personas se movilizarían entre sábado y domingo para llegar a su destino previo al 4 de julio.
En sentido general la agencia de transporte estadounidense calculó una afluencia de 17,7 millones de pasajeros entre el 29 de junio y el 5 de julio; sin embargo, solo el 1 de julio arrancó con dos mil 500 vuelos cancelados y más de dos mil retrasados.
Por otra parte, la Policía de Baltimore, Maryland, reveló la víspera las identidades de los dos fallecidos, de 18 y 20 años de edad, en la balacera que tuvo lugar en la madrugada de este 2 de julio en una fiesta de barrio en esa ciudad.
La tragedia dejó, además, 28 personas heridas, tres de ellas reportadas en condición crítica, una nueva celebración convertida aquí en hecho luctuoso.
Con ese incidente Estados Unidos se acercó a 340 tiroteos masivos en lo que va de 2023, según el rastreador Archivo de la Violencia Armada.
El grupo notificó con el de Baltimore tres sucesos de ese tipo en los dos días primeros días de julio, los otros ocurrieron el propio domingo en Wichita, Kansas, con saldo de siete heridos, y en Tulsa, Oklahoma, el sábado, con cuatro.
Las estadísticas nada alentadoras afirman que uno de cada cinco adultos ha tenido un allegado muerto por un arma, incluso en homicidio y suicidio, como parte de la epidemia de violencia armada a nivel nacional.
Comparativamente, Estados Unidos es el único país del mundo con más armas de fuego en poder de civiles que habitantes; donde los homicidios con armas de fuego son 25,2 veces más altos y donde hay más tiroteos masivos.
Las noticias del feriado dieron cuenta también de la huelga de miles de trabajadores hoteleros en Los Ángeles, quienes demandaron aumento de salarios y mejores condiciones laborales.
El paro, considerado uno de los mayores del sector hotelero estadounidense en los últimos años, coincide con una acción similar de los guionistas de Hollywood y en época de temporada alta en California.
Los empleados denunciaron no disponer de suficientes recursos para pagar sus rentas y alertaron de la situación de muchos que quedaron sin trabajo durante la pandemia de la Covid-19 mientras los dividendos de la industria subieron.
«Nuestros miembros fueron devastados primero por la pandemia y ahora por la avaricia de sus jefes», advirtió Kurt Petersen, copresidente del sindicato Unite Here Local 11, que representa a 15 mil trabajadores de más de 60 grandes hoteles de los condados de Los Ángeles y Orange.
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