Por medio de su cuenta oficial en Twitter, el ministro de Relaciones Exteriores Bruno Rodríguez aseguró que el asedio y persecución a los proveedores de la industria biofarmacéutica de la nación caribeña es responsable de la gravedad de cientos de cubanos.
Con anterioridad autoridades e instituciones de este país condenaron el impacto del cerco económico, comercial y financiero impuesto a la isla por casi seis décadas, recrudecido en medio de la emergencia sanitaria.
El Grupo Empresarial de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica de Cuba señaló que la política de Washington impide conseguir los recursos necesarios para garantizar los medicamentos del sistema de salud e incrementa los costos de los insumos imprescindibles para el desarrollo de candidatos vacunales.
De acuerdo con un informe del país caribeño sobre los daños del bloqueo, entre abril de 2019 y marzo de 2020 los perjuicios al sector estratégico de la economía cubana ascendieron a 161 millones de dólares.
La industria es afectada cada año en cuanto a la investigación, fabricación y comercialización de sus productos, así como es limitado el intercambio académico y científico, apuntó el documento.
La intensificación de la política además priva al pueblo estadounidense de recibir los beneficios de fármacos desarrollados en el territorio insular y reconocidos a nivel internacional.
A pesar de todo ello, Cuba cuenta con cinco candidatos vacunales contra la Covid-19, de los cuales dos, Soberana 02 y Abdala, están en la fase III de ensayos clínicos.
De demostrarse la eficacia de los inmunógenos y ser aprobados por la entidad reguladora, la isla podría lograr los primeros fármacos antiCovid-19 concebidos y producidos en América Latina.
Según científicos y especialistas, para agosto de este año el 70 por ciento de la población cubana estará inmunizada contra el virus SARS-CoV-2, como parte de una estrategia de vacunación por grupos poblacionales.
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