El Comité de Madres y Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Asesinados políticos de El Salvador (Co-Madres) fue desalojado de sus oficinas y todo su patrimonio documental acabó dañado y prácticamente destruido.
Co-Madres responsabiliza a la Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños (Fenastras), que en 1988 prestó su nombre para la adquisición del local, hecho con fondos donados por sindicatos de Noruega.
Para David Morales, exombudsman de El Salvador, Fenastras no solo destruyó un patrimonio histórico de Co-Madres y la sociedad, sino que ha revictimizado a las madres de los desaparecidos.
‘Es violencia y crueldad. Han traicionado la memoria de Febe. Vileza pura’, denunció Morales, abogado de la organización Cristosal, representante de las víctimas de la guerra civil (1980-1992).
Jayme Magaña, abogada de Co-Madres, anunció que emprendería acciones legales contra Fenastras por violar los términos del acuerdo de personería jurídica, y por propiciar la destrucción de un material valioso para la memoria histórica.
La lucha por esclarecer el destino de muchos desaparecidos y asesinados en el conflicto aún prosigue, pese al aumento de los indicios de complicidad con la impunidad en las violaciones de derechos humanos.
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