Con tales estadísticas el país llegó a los 365 tiroteos masivos, tantos como días tiene el año, en lo que va de 2023, de acuerdo con el rastreador en línea.
De las fatalidades, las más recientes se produjeron la víspera en la ciudad de Baltimore, estado de Maryland, donde perdieron la vida dos personas y otras dos recibieron lesiones, y en Gary, Indiana, donde se reportó una víctima fatal y tres heridos.
Los otros sucesos tuvieron lugar en El Paso (Texas) y en Chicago (Illinois).
El pasado 4 de julio, durante las celebraciones por el Día de la Independencia y en un mensaje a propósito de una tragedia ocurrida en un desfile por la efeméride en Highland Park, Illinois, en 2022, el presidente Joe Biden pidió otra vez acabar con la «epidemia de violencia armada».
Al lamentar “una ola de tiroteos trágicos y sin sentido en todo Estados Unidos» en jornadas en que se suponía eran para festejar, expresó que reza «por el día en que nuestras comunidades estén libres» del flagelo.
Sin embargo, una de las promesas que ya hizo su eventual rival republicano en las elecciones de 2024 va en la dirección contraria.
El expresidente Donald Trump (2017-2021) anticipó que de volver a la Casa Blanca cogerá “la orden ejecutiva de Biden que ordena al Gobierno federal apuntar a la industria de las armas de fuego, y la arrancaré y tiraré el primer día».
Durante el foro de liderazgo del Instituto para la Acción Legislativa 2023 de la Asociación Nacional del Rifle celebrado en abril, el magnate se comprometió a no infringir los derechos de los ciudadanos recogidos en la Segunda Enmienda.
Además, aseguró que presionaría al Congreso para que aprobara una reciprocidad en materia de portación oculta de armas de fuego.
Estados Unidos es el único país del mundo donde existen más armas de fuego en poder de civiles que habitantes; los homicidios con esos artefactos son 25,2 veces más altos y en el que suceden más tiroteos masivos.
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