El presidente del Gobierno y líder socialista, Pedro Sánchez, se enfrascó en un ácido intercambio con el titular del conservador Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, en el cual las propuestas de sus respectivas plataformas a futuro se diluyeron entre interrupciones y descalificaciones mutuas.
Una hora y 40 minutos en la cadena Atresmedia, que en España se vio en los canales Antena 3 y La Sexta, no fue para muchos analistas lo esperado en cuanto a clarificar sus posturas y ayudar a un 30 por ciento de votantes indecisos hacia los comicios generales del 23 de julio.
De todas formas, si como parece de momento no cambiaron mucho las cosas, favorece a Núñez Feijóo porque el PP sigue de favorito de todas las encuestas, aunque sin clara mayoría para gobernar en solitario, por lo cual tendría que pactar con la extrema derecha de Vox.
Precisamente, la insistencia del político gallego fue de llamar a la población a incrementar su respaldo para poder alcanzar la mayoría absoluta y mantener distancia de la extrema derecha, el punto flaco del PP hasta ahora.
En ese sentido, Sánchez fue enfático. El 23J ‘no nos estamos jugando la alternancia’, sino si España continúa avanzando o nos mete el señor Abascal (líder de Vox) y Feijóo en un túnel del tiempo tenebroso’.
‘Si alguien le ha dicho que debe votar al PP para acabar con ETA, debe saber que no va a acabar con ETA porque acabó en 2011’, subrayó Sánchez al tratar de sortear las acusaciones del PP en torno a sus pactos eventuales con el partito EH Bildu, considerado heredero de ETA.
Asimismo, advirtió que con la probable alianza del PP con Vox, se podrá acabar con medidas como la subida del salario mínimo interprofesional, la revalorización de las pensiones, la reforma laboral, políticas de igualdad de género o que protegen al colectivo LGTBI, además de leyes como la de eutanasia.
Sin embargo, en su minuto de oro al final del debate, el único cara a cara antes de las elecciones, Feijóo reclamó el voto masivo de los españoles para lograr una victoria, ‘sin necesidad de contar con los extremos’ que a su juicio ‘saben bloquear, pero no saben gobernar ni gestionar’.
Prometió a la ciudadanía ser un presidente de fiar que no va a ‘mentir a los españoles, sino que cumplirá con su programa su deber, compromisos y principios.
En todas las intervenciones, ambos políticos se acusaron mutuamente de mentir y de no ajustarse a la realidad.
La vicepresidenta segunda y candidata por el movimiento Sumar, Yolanda Díaz, fue mordaz en sus críticas en su cuenta de Twitter.
“Hoy hemos visto un debate lleno de ruido y sin ninguna propuesta para mejorar el país. Por suerte, España es otra cosa. Necesitamos hablar de otra forma, necesitamos futuro”, escribió.
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