Biden, quien se encuentra en Vilna, la capital de Lituania, para participar en la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que comienza este martes, recibe abiertas críticas de algunos miembros destacados del Partido Demócrata.
El senador Tim Kaine (demócrata de Virginia), miembro del Comité de Servicios Armados de la Cámara Alta, muestra «verdaderos reparos» con tales municiones para Kiev y así lo expresó en declaraciones a Fox News.
Por su parte, la legisladora Elizabeth Warren (Massachusetts) advirtió en declaraciones a la cadena CNN que se siente «profundamente preocupada por el uso de un arma que tiene consecuencias tan terribles a largo plazo para los civiles».
El también senador Bernie Sanders (Independiente de Vermont) manifestó igualmente sus «preocupaciones» sobre la medida del presidente.
Entretanto, Chris Coons, integrante del Senado por Delaware y un aliado del actual mandatario, respaldó su postura en comentarios a la CBS News el domingo.
Mientras la representante Barbara Lee (California), candidata a ocupar un puesto en la Cámara Alta y único miembro que votó en contra de la guerra de Afganistán, rechazó la disposición de Biden sobre este tipo de explosivos, reportó el diario The Hill.
El Gobierno de Estados Unidos confirmó su paquete de ayuda militar adicional por unos 800 millones de dólares con destino a Ucrania que cuenta con las llamadas bombas racimos o de racimos (cluster bombs).
Semejante hecho se consideró otros espaldarazo al país del este europeo, que llevaba meses pidiendo esas municiones a Washington.
El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, aseguró entonces que las intenciones de la administración Biden sobre esa entrega, darían «otro paso hacia la escalada» del conflicto.
Más de 100 países, incluidos el Reino Unido, Francia y Alemania, han prohibido las municiones en virtud de la Convención sobre Municiones en Racimo de 2008, pero Estados Unidos y Ucrania no son signatarios.
Tratado internacional jurídicamente vinculante, la Convención prohíbe todo tipo de uso, producción, almacenamiento y transferencia de municiones en racimo.
Se estima que más de 50 mil civiles perdieron la vida desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) debido a las bombas de racimo.
Referencias de prensa dan cuenta que la población civil, en particular niños en Siria, Yemen, Afganistán, El Líbano, países balcánicos y Laos, siguen siendo víctimas de tragedias asociadas a los remanentes de estas municiones.
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