De acuerdo con la Administración General de Aduanas, el volumen total del comercio exterior en ese período arrojó 2,8 billones de dólares, con un alza de 3,7 puntos en las exportaciones y una baja de 0,1 puntos en las importaciones.
Esa entidad enfatizó en que los datos están en línea con las expectativas, tras referirse a las presiones persistentes a lo interno y lo externo.
Desde mayo pasado el país revirtió la tendencia al alza mostrada en esos indicadores en el presente 2023 y entre los factores del decrecimiento figuran la continuidad de una débil demanda doméstica y la inflación fuerte en los principales destinos de las mercancías chinas, con contracciones en los envíos a Estados Unidos y la Unión Europea.
China para este año buscará, por sobre todas las cosas, mantener la estabilidad macroeconómica y social, pero al mismo tiempo continuará los esfuerzos para profundizar la política de reforma y apertura, acelerar el crecimiento sobre la base de la innovación y lograr el desarrollo de alto estándar.
Además, se plantea fortalecer más su mercado y las alianzas con países y regiones amigas como alternativa para reducir la dependencia de Estados Unidos y sortear los efectos de la crisis global que provoca la pandemia de Covid-19.
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