Desde la semana pasada las autoridades kenianas prohibieron las manifestaciones públicas convocadas por el líder opositor Raila Odinga contra la inflación, el aumento del gravamen a los combustibles y un impuesto a los salarios para costear un plan gubernamental de viviendas populares.
Por lo menos tres decenas de personas perdieron la vida desde el inicio de las protestas opositoras el año pasado, según recuento oficioso.
Desde la tarde de este miércoles grupos de policías armados con fusiles están desplegados en puntos neurálgicos de esta capital en previsión de nuevos estallidos.
Odinga, líder de la coalición opositora Superalianza Nacional, devino la némesis del gobierno del presidente William Ruto a quien acusa de robarle la victoria en los comicios presidenciales de agosto del año pasado. a pesar de certificaciones en contra de la Comisión Electoral y del Tribunal Supremo.
Medios sociales acusan a las fuerzas del orden de aplicar fuerza excesiva en la dispersión de las protestas opositoras que se suceden en un suburbio marginal de esta capital y en las ciudades portuarias de Kissumu (oeste) y Mombasa (este), segunda en importancia del país.
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