Ese ataque lo ejecutó este domingo la facción extremista contra un puesto de control de la policía en la ciudad de Sebha y causó la muerte de dos funcionarios, uno de ellos comandante del Departamento de Investigaciones Criminales, aún sin identificar públicamente, reportó por su parte la televisora Al Ahrar.
El Estado Islámico detalló en un mensaje circulado en su red de propaganda que uno de sus efectivos llegó al puesto de control en un carro cargado de explosivos y lo hizo estallar en el lugar.
Según otros medios de difusión esa formación terrorista mantiene células durmientes en territorio libio, especialmente en la región meridional, y perpetró varios acciones similares en los últimos meses.
Este país norafricano cuenta desde marzo con un Gobierno de unidad tras realizar conversaciones para unificar las administraciones enfrentadas y después de que las fuerzas de Trípoli, repelieron el año pasado una ofensiva lanzada por el general Khalifa Haftar, el hombre fuerte en la zona oriental.
Esa administración recién formada tiente entre sus objetivos organizar elecciones legislativas y presidenciales para el 24 de diciembre, con la que el país podría atenuar la crisis institucional desatada en 2014 y a la inestabilidad persistente desde la guerra contra el líder Muamar Gadafi, asesinado en 2011.
En marzo milicias afines a Haftar arrestaron en la austral ciudad de Ubari a un hombre identificado como Muhamad Mailed Mohamad, alias ‘Abu Omar’, a quien consideran uno de los jefes del Estado Islámico.
La detención ocurrió poco antes antes de que aviones de combate bombardearan un edificio en esa localidad, próxima a la frontera con Argelia y uno de los centros de tránsito más importantes en las rutas de la migración irregular en el Sahel, y donde es notoria la presencia de grupos extremistas.
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