Por Francisco Pichón*
Colaboración exclusiva para Prensa Latina
Estamos a medio camino del plazo límite para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y, si bien es posible reconocer avances en nuestras metas comunes a nivel global, también saltan a la vista numerosos desafíos.
El Informe Anual de la ONU sobre el progreso de los ODS activa algunas campanas de alarma: de las 140 metas de la Agenda 2030 con datos disponibles, el 30 por ciento permanece en el mismo lugar o ha retrocedido.
En América Latina y el Caribe, la Cepal estima que dos tercios de las metas ODS requieren con urgencia acciones de política y un movimiento acelerador que las impulse con el concurso de la mayor cantidad posible de actores sociales.
Poco antes de escribir estas líneas, una iniciativa implementada por cinco instituciones económicas y financieras cubanas, de conjunto con dos agencias del Sistema de Naciones Unidas, ha sido premiada en Nueva York.
El “Apoyo a un Marco Nacional Integrado de Financiamiento para los ODS” (Ciffra, por sus siglas en inglés) acaba de recibir el UN SIDS Partnerships Award, que entregan las Naciones Unidas a iniciativas aceleradoras de alianzas para el desarrollo sostenible en los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo.
Por un lado, Ciffra ha contribuido a diseñar una hoja de ruta para el financiamiento al desarrollo en el país, generando recomendaciones de políticas públicas, herramientas de análisis, nuevas alianzas y capacidades fortalecidas en cientos de actores clave.
Por otro, ha devenido un referente de cómo acompañar decisiones de política apremiantes con ideas innovadoras y renovar el compromiso con los ODS, aún en medio de un escenario de fuertes restricciones externas y la exclusión de Cuba de mecanismos financieros internacionales.
El espacio de discusión generado por Ciffra, con el involucramiento permanente de actores de gobierno, académicos y otros expertos nacionales e internacionales, deja varias lecciones para el trayecto que nos separa del 2030: necesitamos abordar la complejidad de los desafíos de desarrollo actuales y futuros tan participativamente como sea posible, articulando pensamiento innovador y voluntad política para la toma de decisiones.
Con ese espíritu, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha impulsado recientemente “Nuestra Agenda Común”, un llamado a fortalecer, desde el multilateralismo y la cooperación internacional, un orden más equitativo y sostenible, y a potenciar oportunidades aceleradoras de ese proceso de cambio:
Más acceso a las tecnologías, la transformación digital como proceso transversal al desarrollo, el uso de energías limpias y renovables, economías verdes, industrias ambientalmente sostenibles, una educación llamada a centrarse en las capacidades de las personas, independientemente del género, el color de la piel, la identidad sexual o cualquier otra condición.
En el último año, el liderazgo de Cuba al frente del Grupo de los 77+China ha contribuido activamente a darle voz a esa visión transformadora. Los países que conforman este espacio -representativo de dos tercios de la membresía de las Naciones Unidas y el 80 por ciento de la población mundial- han tenido en La Habana un epicentro para la construcción de consensos en campos como la educación, la cultura y el medio ambiente, entre otros.
Un hito de este trayecto tendrá lugar los próximos 15 y 16 de septiembre, cuando Cuba acoja la Cumbre de los Estados miembros del G-77 en torno a un tema clave para acortar las brechas Norte-Sur: el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación ante los retos actuales del desarrollo.
Casi inmediatamente después de concluida la cita de La Habana, Nueva York será sede de la Cumbre de los ODS. En medio de los impactos del cambio climático, los conflictos, las alertas de recesión económica global y los efectos persistentes de la Covid-19, líderes de todo el mundo compartirán prioridades y propuestas de acción para retomar el rumbo de la Agenda 2030.
En la antesala, la ONU ha lanzado la campaña Actúa Ahora, a fin de aglutinar todas las alianzas dispuestas a sumarse a un nuevo ímpetu por el desarrollo sostenible: los sectores público y privado, las universidades y centros de investigación, la sociedad civil, la ciudadanía…
El Sistema de las Naciones Unidas en Cuba forma parte de este movimiento. Estamos allí donde más podamos aportar y ser relevantes al país, y a actores y procesos con potencial acelerador de los ODS.
Los desafíos del mundo de hoy son cada vez más multidimensionales y, en esa misma medida, demandan una mirada transformadora, que integre las capacidades y mandatos de cada una de nuestras Agencias, Fondos y Programas.
El nuevo Marco de Cooperación para el Desarrollo Sostenible 2025-2030 del Sistema de Naciones Unidas en Cuba con el país está a las puertas, y con él la oportunidad de impulsar la implementación de la Agenda 2030, a través de nuestro acompañamiento a los esfuerzos de desarrollo nacionales y locales, el trabajo innovador con múltiples actores, el apoyo a prioridades estratégicas de conjunto con nuestros socios y contrapartes.
La segunda mitad del camino hacia la Agenda 2030 es la hora decisiva del desarrollo sostenible.
arb/FP
*Coordinador Residente del Sistema de las Naciones Unidas en Cuba