Por Mario Muñoz Lozano
Jefe de la Redacción Cultura
Hasta el momento, en la taquilla internacional, el filme recaudó 182 millones de dólares, sumando un total de 344 millones con lo hecho en Estados Unidos. Eso sin contar lo que se calcula en marketing, estimado en un presupuesto cercano a los 250 millones.
Barbie sorprendió con su estreno mundial el pasado 21 de julio al registrar la mayor recaudación en lo que va de este 2023, convirtiéndose en todo un fenómeno de ventas.
Pero la «furia» Barbie va más allá y se espera que la ola detrás de la cinta continúe buen tiempo, como lo hizo desde su despertar como el juguete sexy de la empresa estadounidense Matell, de largas extremidades, gran busto y cola de pelo rubio, nacido en 1959.
Convertida en la muñeca más famosa del mundo y desde hace alrededor de tres décadas en ídolo y patrón de moda de muchas niñas, la controvertida muñeca fue acusada de promover determinados estereotipos de belleza, pero también ganó méritos entre alguna gente que la considera como una defensora del empoderamiento femenino.
Para Vanessa Munguía, considerada la principal coleccionista de Barbies en América Latina porque tiene miles de ellas, la muñeca es particularmente popular porque hasta hace un par de décadas, la mayoría de los juguetes para niñas infundían papeles maternales y de amas de casa.
Lo cierto es que Barbie, la película, volvió a remover la maquinaria de dinero en su entorno, con grandes dividendos para los productores, que la ven convertirse en modelo de causas disímiles con un renacimiento significativo de la marca en los últimos años.
Con la participación de figuras de la talla de Margot Robbie como Barbie y Ryan Gosling, el live action está llenando de rosa todas las salas de cine a nivel mundial.
La comedia dirigida por Greta Gerwig, presenta una trama distinta sobre los juguetes de Matell, donde la muñeca sale de “Barbieland” hacia el mundo real para descubrir por qué ya no es tan perfecta.
NO TODO ES COLOR DE ROSA
En Lima, según la agencia de noticias AP, una manifestante antigubernamental, disfrazada de Barbie, sostenía un rifle de asalto de juguete durante una protesta contra la presidenta Dina Boluarte el pasado 22 de julio.
Algunos manifestantes en contra de la represión ciudadana se vistieron de rosa y se colocaron dentro de cajas gigantes de Barbie en la principal plaza de la capital peruana.
Una de ellas anunciaba la “Barbie Dictadora”, portando un arma rosa y advirtiendo en un texto que está acompañada por gas lacrimógeno y balas dum-dum. La caja de otra participante en la protesta llamó la atención sobre la “Barbie Genocida».
En México, durante los últimos días aparecieron tortillas Barbie hechas con masa de maíz coloreada de rosado con jugo de remolacha. Algunas, incluso, son adornadas con la silueta de la muñeca y su cola de pelo dibujada con tintes comestibles.
Los mercados olieron que detrás de todo aquello hay un buen negocio, y de la noche a la mañana desplegaron menús para la ocasión con pasteles Barbie y tacos Barbie, con carne de cerdo montados en tortillas rosadas, que van acompañados por una malteada de fresa.
En ese país, la aerolínea Volaris pintó uno de sus aviones con el logo de la muñeca y, según un video promocional, la nave será piloteada por Barbie, no por su eterno acompañante Ken.
En Guayaquil, Ecuador, se inauguró un restaurante temático con Barbie como figura central, construido de manera parecida a la casa de la famosa muñeca.
No se sabe con precisión cuántas acciones promocionales existen actualmente, pero la manía de “Barbie” está cada vez más entre nosotros, e impresionando al mundo, escribió un fanático en la red social Facebook.
“Warner Bros. ha ejecutado con éxito una campaña de dominación de pared a pared que se siente divertida, inclusiva y vende la película por completo como un ‘evento’ teatral como no habíamos visto desde antes de Covid”, dijo el consultor de marketing Dan Ortiz al medio TheWrap.
Sin duda, detrás de la estrategia de comunicación diseñada para promover el filme, se movieron otros hilos que apostaron no solo por la película, sino por toda la industria del entretenimiento y del merchandising que generará, sin contar con otros listos que se sumaron al nuevo camino rosado del dinero.
Inscrita en la industria cultural del juguete, Mattel Inc. desarrolla estrategias de marketing globales, camufladas de cultura y género para promover a su muñeca.
Según la investigadora Araceli Barbosa, de la Universidad de Morelos, México, desde esa perspectiva la compañía estadounidense también logra penetrar el campo del arte posicionando la imagen de Barbie como insumo simbólico de la cultura pop.
Amenazas de este tipo activan las alertas, teniendo en cuenta que la maquinaria de la colonización cultural no descansa en sus intentos de banalizar los públicos, en especial jóvenes, y se acaba de anotar otro punto a favor con la nueva hemorragia en torno a la adoración de uno de sus históricos iconos.
arb/mml