En la comparecencia por primera vez ante un tribunal federal de Wilmington (Delaware), Hunter presumió de inocencia cuando lo acordado era que se declarara culpable.
El cambio repentino de la jueza que preside el caso, quien dijo «no estar preparada para aceptar» un acuerdo previo con el Departamento de Justicia (DOJ) lo obligó.
Biden, de 53 años, debió aceptar su responsabilidad en dos delitos menores relacionados con el impago intencionado de impuestos sobre la renta y lograría con los fiscales un acuerdo vinculado a un cargo de posesión de armas.
Sin embargo, la jueza de distrito Maryellen Noreika expresó sus reservas acerca de la eventual inmunidad de Biden en posibles cargos futuros.
Todo ahora pende de un hilo. Las dos partes tendrán que comparecer de nuevo ante la jueza en una fecha aún imprecisa con la esperanza de convencerla de que resolvieron una serie de cuestiones pendientes.
Tal enredo mantendrá al menor de los Biden en el vórtice mediático, lo cual no conviene a su padre pues le quieta espacio a su campaña de reelección y titulares a los temas con loa cuales quiere seducir a votantes como el Bidenomics (término con el cual define que su política económica tuvo éxito) y la infraestructura.
El Partido Republicano (GOP, como se identifica en inglés) no estará quieto, hurgará en investigaciones contra Hunter, incluso el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, estaría aireando trapos sucios para impulsar un juicio político al jefe de la Casa Blanca.
La actual pesquisa sobre Hunter Biden es objeto de un mayor escrutinio, en parte debido al testimonio de dos denunciantes del Servicio Interno de Impuestos (IRS por sus siglas en inglés), Gary Shapley y Joseph Ziegler.
Ambos sostienen que la investigación a Hunter “fue suavizada” por obvias razones políticas.
De momento, la Casa Blanca espera que esto no afecte la imagen del Presidente 46, que en su discurso inaugural prometió «restaurar el alma de Estados Unidos» tras los tumultuosos años de Trump.
Citado por el diario The Hill, Matt Mackowiak, presidente del GOP en el condado de Travis (Texas), consideró que le parece mezquina la atención dispensada a los problemas personales de Hunter Biden; no obstante, señaló que «en política, es muy sencillo: o estás a la ofensiva o a la defensiva».
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, comentó a los periodistas el miércoles que «nada ha cambiado» después de un criterio del día anterior acerca de que el presidente Biden «nunca hizo negocios» con su hijo, acotó el periódico.
Pero la fraseología parece sutilmente diferente a las anteriores como que el presidente «nunca había hablado» con su hijo sobre sus negocios, notó el rotativo.
Los demócratas estiman que el enfoque republicano en Hunter Biden además de una venganza, está desconectado de las preocupaciones vitales de los votantes.
Sugieren igualmente que el tema del impeachment (juicio político) a Biden quizás les dé algo de oxígeno a los republicanos, de momento, aunque no es tan fácil y podría volverse en su contra.
El 20 de junio fue publicado un acuerdo entre Hunter Biden y el DOJ y en ese momento aceptó declararse culpable de no pagar a tiempo su impuestos de 2017 y 2018.
También a llegó a un acuerdo con los fiscales respecto a un cargo de posesión de un arma de fuego teniendo en cuenta su adicción a las drogas, lo cual prohíbe la ley.
La imputación referida a la tenencia de ese tipo de artefacto siendo consumidor ilegal de una sustancia controlada llevaría una sanción de hasta 10 años de prisión.
El nombre de Hunter Biden comenzó a sonar en la investigación antes de la campaña de su padre en 2020.
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