El mandatario, quien encabezó el Desfile Naval Principal con motivo del Día de la Armada de Rusia, puntualizó que el país ejecuta con confianza tareas de gran envergadura de la política marítima nacional, aumentando de manera constante la potencia de su flota.
Señaló que entre los que han entrado en servicio de combate se encuentra la corbeta de misiles Mercuri. «Es gratificante que se haya recuperado la tradición de dar su nombre a los buques de la Armada rusa» agregó.
El nuevo Mercuri lleva también la bandera naval de San Jorge como signo de la inviolabilidad de nuestras tradiciones navales, símbolo del coraje, la valentía y la firmeza de los marinos, subrayó Putin, destacando que «estas cualidades se manifiestan hoy de manera plena».
Este año en el evento participaron 45 barcos, lanchas y submarinos, así como cerca de tres mil uniformados. Y como marca la tradición, el jefe de Estado pasó en barco por las líneas de desfile de buques de guerra en las aguas del golfo de Finlandia, del río Neva y la rada de Kronstadt.
Durante el recorrido, el mandatario felicitó al personal de sus tripulaciones con motivo de la celebración.
Asimismo, Putin en su alocución recordó que este año, la Flota del Báltico cumple 320 años, la Flota del Norte 290 y la Flota del Mar Negro 240 años.
«Cada una de ellas tiene su propia historia gloriosa. Junto con la Flota del Pacífico y la Flotilla del Caspio, forman una fortaleza indestructible de la capacidad defensiva de nuestro país y garantizan de manera fiable los intereses nacionales de Rusia en los océanos del mundo», dijo el líder ruso.
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