A las mismas casas, la misma calle y sembrados, que son, por cierto, un patrimonio cultural de gran valía. Es una amplia zona de campos de cultivo con brillantes colores verdes y unas formas tan alargadas como el pueblo, precisamente, el paisaje rural marca la estructura del territorio.
Se trata del pueblo de una sola vía donde viven seis mil personas y a vuelo de pájaro parece una larga costura que une una serie de campos sinuosos y coloridos, pero al final todo lleva a sus habitantes al mismo lugar, donde cada cual conserva sus más preciados bienes antiguos materiales e inmateriales. El poblado de Suloszowa está en el Parque Nacional Ojcowski, famoso por sus formaciones de piedra caliza, a unos 36 kilómetros (km) de Cracovia.
Los techos de las casas y edificios de Suloszowa se extienden por ambos lados de una larga calle de nueve km de largo y 150 metros de ancho llamada Olkuska-Krakowska, una de las más largas de Polonia.
“Vivir en Suloszowa es aprender un buen sentido de la comunidad”, contó la dueña de una tienda local al diario Daily Mail.
En la localidad polaca se celebra el Día de la Fresa, que consiste en reunirse y probar las nuevas cosechas y tocar música.
Las atracciones turísticas de Suloszowa son muy visitadas, tanto por foráneos, como por locales y nacionales, entre ellas, está el Castillo Pieskowa Skala, ubicado en la orilla de la comunidad dentro de los límites del Parque Nacional de Ojcowski, donde los manantiales del río Prądnik bañan las tierras de los sembrados convirtiéndolos en tierras muy fértiles.
Este patrimonio cultural del pueblo polaco fue construido por el rey Casimiro III el Grande en el siglo XIV como parte de la cadena defensiva de castillos llamada “Nidos de Águila”.
Dicho inmueble alberga la exposición “Cambios de estilo en el arte europeo desde la Edad Media hasta mediados del siglo XIX”.
Un sitio de encanto histórico y patrimonial que se puede apreciar en este poblado es la Maza de Hércules, una columna de piedra caliza de más de 25 metros de altura elevada hacia el cielo y enclavada en la carretera hacia Suloszowa.
Otra joya natural de esta villa es el hecho de su paso por la Vía Regía, el camino más largo y antiguo que une Europa Oriental con Europa Occidental, y va hasta Santiago de Compostela.
Moverse por el pueblo no tiene pérdida y a pesar de esa configuración no es un lugar pequeño, pero sí una de las localidades más curiosas de Polonia.
Todos allí se conocen, agregó el periódico británico, cada rincón tiene una peculiar historia.
Polonia se caracteriza por poseer una multiplicidad de lugares históricos, por castillos y aldeas; la escuela cracoviana de pintura historicista desarrollada por Jan Matejko produce representaciones monumentales de costumbres y acontecimientos importantes en la historia de Polonia.
Desde los años de entreguerras, el arte polaco y la fotografía documental cuentan con el reconocimiento mundial. Algunas renombradas escuelas de arte son la Academia de Bellas Artes de Cracovia, la Escuela de Cracovia de Arte y Diseño de Moda, la Academia de Bellas Artes de Varsovia, la Academia de Arte de Szczecin, la Universidad de Bellas Artes de Poznan, y la Academia Eugeniusz Geppert de Bellas Artes.
Suloszowa es algo más que un sitio de una sola calle. Es donde la naturaleza se inspiró sin límite, como lo hace la más bella de las musas que posa frente a su artista. Suloszowa no es menos y se sostiene en el tiempo para perpetuarse altiva de generación en generación.
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