Según el educando, el sistema láser hace un barrido del combustible durante el repostaje del avión para buscar rastros de agua, y si detecta una gota de la misma se activa la alarma, señaló la nota de la institución.
«Cuando se le echa combustible al avión se debe controlar estrictamente la presencia de agua en el carburante, pues cierta cantidad de agua proviene del medio ambiente, también puede provenir de la condensación en las paredes del tanque de combustible.
“Durante el vuelo, en la altitud la temperatura ambiental cae por debajo de cero grados y las gotas de agua en el keroseno pueden formar cristales de hielo, lo que obstruye el sistema de alimentación de la aeronave. Esto puede llevar a fallos en los motores y ser causa de una catástrofe aérea», explicó Ponomariov.
El sensor se instalará en los equipos fijos o móviles de abastecimiento de combustible en los aeropuertos.
Por su parte la Universidad de Samara, una de las más prestigiosas de Rusia, destacó que el proyecto será completado en los próximos dos años.
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