A finales de julio el personal del Centro de Derecho Infantil (CLC por sus siglas en inglés) se acogió a una huelga de tres días en protesta por los retrasos de la dirección en llegar a un acuerdo contractual con sus trabajadores.
«¿Sin contrato? No hay trabajo. No hay paz», coreaban los empleados mientras marchaban por Court Street, en Brooklyn, con pancartas y una simbólica rata gigante hinchable.
«No hemos tenido un contrato en todo el tiempo que llevamos negociando, más de dos años», dijo al diario Amsterdam News Carly Coats, representante legal de los miembros del CLC.
Los empleados exigen que se establezca un contrato con la dirección del CLC, una agencia de servicios jurídicos directos que nunca ha tenido convenio laboral desde su fundación en 1997.
El 31 de marzo de 2021 los trabajadores del CLC propusieron un contrato después de votar un año antes para sindicalizarse con la Asociación de Abogados de Asistencia Legal, UAW Local 2325.
Según el reporte del medio de prensa, ese colectivo quiere garantías y protecciones laborales, y un aumento de los salarios para asegurarse de que sus ingresos fueran más acordes con las tarifas medias de la ciudad.
Sin embargo, los empleados dicen que la dirección ha negociado de mala fe, porque no parecen realmente interesados en ofrecer un verdadero contrato.
«Somos abogados, trabajadores sociales, asistentes jurídicos y personal administrativo, hay niveles diferentes de experiencia y de educación, pero eso no siempre se tiene en cuenta en nuestros salarios», subrayó Coats.
Queríamos asegurarnos –añadió- de que eso se indicara en un contrato, así como las prácticas para nuestro empleo en general, porque representamos a niños y es un trabajo agotador.
Los abogados del CLC advierten que, como término medio, se les asignan más de 150 casos legales a la vez, pero eso puede significar más de 150 clientes reales, a los que no siempre se puede acceder durante las horas laborales normales.
«Tenemos que interactuar con cada uno de nuestros clientes, que son niños, por lo que debemos entrevistarlos después de la escuela o tarde en la noche o cuando no están en sus centros escolares», explicó Coats.
El CLC, una organización sin ánimo de lucro, se describe a sí misma como una «agencia de servicios legales que proporciona una representación celosa y eficaz a los niños en casos de custodia, visitas, violencia doméstica, tutela, paternidad y otros relacionados con la protección de menores».
Afirman que se centran en proporcionar representación legal a niños vulnerables.
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