Roussel criticó la actual propuesta del presidente Emmanuel Macron, por ser injusta e insolidaria con los trabajadores, y consideró posible reformar la ley de pensiones con medidas justas y de progreso, dotando para ello al Estado de los ingresos financieros necesarios.
Recordó que la progresiva privatización del sistema sanitario concedió a las empresas beneficiarias ingresos de unos 300 mil millones de euros, y por esta razón propuso establecer una contribución destinada al sistema de pensiones del 10,4 por ciento (igual a la que pagan los empresarios) sobre la renta financiera, que podría aportar ‘entre 30 y 40 mil millones de euros’.
El candidato añadió otras dos medidas que podrían incrementar los fondos de jubilación como son la creación de un millón de puestos de trabajo, lo que añadiría unos 7 mil millones de euros adicionales, y la igualdad salarial entre hombres y mujeres, que podría aportar 5,5 mil millones de euros.
‘Frente a una reforma dura propongo medidas populares: el derecho a irse a los 60 años, con una buena pensión, tras 37,5 años de cotización, con una tasa de reposición del 75 por ciento, basada en el salario de los últimos seis meses en el sector público y de los últimos 10 años en el sector privado’, explicó Roussel.
Añadió que, ‘a diferencia de la del presidente Macron, nuestra reforma es progresiva y permite liberar puestos de trabajo para los jóvenes’, recordando que la tasa de desempleo entre los menores de 25 años es del 20 por ciento.
El candidato comunista explicó que esta medida forma parte de su programa para las elecciones presidenciales del próximo año, cuyo lema de campaña será ‘El reto de los días felices’, y lamentó que Macron haya propuesto a los franceses, que comienzan a salir de la pandemia, ‘días difíciles’ con su reforma de las pensiones.
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