El sitio escogido fue la casa del poeta e historiador Oscar Beillard, quien en un gesto excepcional donó un terreno de su morada para la construcción de un monumento en honor, según sus palabras, al más grande internacionalista y humanista que ha tenido la historia contemporánea.
Entre los asistentes se encontraba al arquitecto dominicano Pedro Cruz, quien asesoró la edificación de esta obra integrada por cinco peldaños que representan los cinco años, cinco meses, cinco días, cinco horas y cinco minutos que transcurrieron desde el ataque al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, bajo la dirección de Fidel, hasta la fuga del dictador Fulgencio Batista (1952-1959) en la madrugada del 1 de enero de 1959.
Cruz destacó, al hablar del estadista y su inmensa obra de justicia social y símbolo de las ideas emancipadoras, cómo las decisiones de un solo hombre en ocasiones pueden cambiar la vida y la forma de pensar y de actuar de muchos otros.
Se refería así a la influencia que ejercició en él, a la temprana edad de 12 años, el joven revolucionario que dedicó su vida a luchar por la dignidad de su pueblo.
De su parte, Beillard comentó que Cruz tiene mucha razón cuando le dice que la grandeza de ese monumento “no la veremos nosotros pues solo el tiempo dirá lo que hemos hecho”; lo cierto es, agregó, que el único protagonista en esta obra es Fidel (Castro).
Beillard leyó una hermosa carta que remitiera al revolucionario dominicano Iván Rodríguez, quien no pudo estar, y a quien en julio pasado el Comité Internacional de Solidaridad con Cuba y la Brigada Luis Rivera de Puerto Rico le otorgó la Medalla de la Victoria, en reconocimiento a su solidaridad con los pueblos cubano y venezolano. El reconocido dirigente de izquierda ha condenado en diferentes escenarios lo que denomina el “odioso bloqueo” de Estados Unidos contra la mayor de las Antillas y considera a Fidel Castro “un hombre universal que representa la dignidad de América y el Caribe”.
Mientras, la embajadora de Cuba en este país, Carina Soto, recordó que Fidel (Castro) nunca quiso que le hicieran un monumento, sin embargo, dijo, siempre admiró al pueblo dominicano y se sentiría agradecido por la manera tan sincera cómo lo recuerda hoy.
Soto rememoró la participación de Fidel en 1947 en la llamada Expedición de Cayo Confites, en la que fue uno de los cientos de jóvenes de América Latina dispuestos a luchar contra el dictador Rafael Leónidas Trujillo; su amistad con el expresidente Juan Bosch, y su visita a este país en agosto de 1998.
También habló acerca de la participación de dominicanos en la guerra por la independencia de Cuba contra el colonialismo español y otros hechos que demuestran las históricas relaciones entre los dos países cercanos geográficamente.
“No es nada lo que hayamos hecho por ustedes; es mucho lo que hemos hecho juntos, es mucho más lo que juntos debemos hacer en el futuro”, expresó Fidel durante su estancia en este país.
Sus palabras fueron citadas hoy por la diplomática en una jornada en la que también se le recordó con hermosas canciones dedicadas a él y a Cuba.
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