Las autoridades yemenitas reafirmaron en ese sentido su apoyo a la iniciativa de alto el fuego de Arabia Saudita al valorarla como ‘un todo indivisible’, señaló el Ejecutivo en una declaración.
Manifestaron que el alto el fuego en la ciudad de Marib y en el resto del país ‘es un asunto y una exigencia humanitaria’, dado que el respeto del derecho a la vida de todas las personas es la base y esencia del trabajo humanitario.
Sobre Marib precisó que está expuesta a los ‘crímenes más atroces’ contra la población civil y denunció que este jueves las fuerzas irregulares armadas dispararon misiles y drones con cargas explosivas contra instalaciones civiles, mezquitas y cárceles de mujeres.
Apuntó que abrir las carreteras, garantizar la libertad de circulación de los ciudadanos y levantar el cerco a las ciudades, en especial a la de Taiz, están en el centro de los problemas humanitarios, y constituye uno de los asuntos priorizados por las autoridades.
El comunicado denunció que las milicias hutíes se niegan a abrir el aeropuerto de Saná, la capital, excepto en su propios términos, y aseguró que el Gobierno ‘hizo suficientes concesiones’ para garantizar viajes seguros a todos los ciudadanos.
La apertura de la terminal aérea ‘es una posición positiva’ en beneficio de la ciudadanía, y descartó su uso como plataforma militar para matar al pueblo yemenita, subrayó.
Al referirse al puerto de Hodeidah, la nota oficial aclaró que el gobierno no lo cerró, sino que suspendió el mecanismo acordado tras el saqueo de todos los ingresos por parte de los hutíes.
Asimismo, demandó asegurar los ingresos y garantizar que estos lleguen a los funcionarios públicos a un precio justo para los ciudadanos.
El Gobierno de Yemen apreció todos los esfuerzos realizados por los enviados de las Naciones Unidas y Estados Unidos, así como los ‘esfuerzos sinceros de los hermanos en el Sultanato de Omán’.
Saludó, además, los esfuerzos internacionales en función de lograr una paz justa y sostenible para el pueblo yemení.
La nación árabe atraviesa por un conflicto armado desde el 2015 cuando fuerzas hutíes propiciaron un golpe de Estado, el cual sumió a la nación en un profunda crisis humanitaria con cientos de miles de desplazados y una hambruna generalizada que afecta a casi el 80 por ciento de su población, según la ONU.
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